Leopoldo “Pucho” Escalante: trombonistas y homenajes en días de Jazz Plaza

Kenia Méndez Mederos
17/1/2020

¿Quién estuvo antes? ¿Qué aprendimos de ellos? ¿Cómo honrar legados desde el hacer, desde la música de hoy? Tal vez no tengamos todas las respuestas, tal vez un festival —en este caso— solo aporte la motivación para pensar, pero lo cierto es, y esto sí lo sabemos bien, que figuras como Pucho Escalante son siempre una razón más para crecer, para seguir, para aprender.

 

Esa grandeza nos hizo volver hasta su música y legado en el marco del XV Coloquio Internacional de Jazz Leonardo Acosta in Memoriam que se desarrolla como parte del 35 Festival Internacional Jazz Plaza, con el panel “Pucho Escalante: trombón centenario”. El espacio fue moderado por la musicóloga Yentsy Rangel y contó con las presentaciones de Pedro de la Hoz, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), los consagrados músicos Braulio Hernández “Babín” y Antonio Leal Rodríguez, y el joven trombonista Eduardo Sandoval.

Yentsy Rangel resaltó el valor fundamental de este espacio del coloquio para “recuperar esa historia —a veces difusa— sobre figuras, obras y repertorios”. Pedro de la Hoz fue a las esencias para una definición humana del gran músico: “Se trata de un cubano ya centenario, de Yateras, Guantánamo, que hoy vive en los EE. UU. Es una leyenda del jazz latino y del jazz cubano en particular, autor de memorables boleros como: Te beso y te regaño, La noche de anoche y Conversación en tiempo de bolero, y creador del Noneto Cubano de Jazz”.

Babín, de todos los presentes el más cercano a Pucho, afirmó: “lo que conocí fue un maestro, un filósofo, un pintor, no era solamente músico”. Con alegría y admiración notables, Braulio nos trajo historias de aquellos días que dan cuenta de los aportes fundamentales de Pucho: “Maestro de grandes como Adolfo Guzmán y Rafael Somavilla, creador de una de las más importantes escuelas de música cubana y representante de una generación preciosa de nuestra música”.

Disco de Leopoldo Pucho Escalante. Foto: Internet
 

Antonio Leal Rodríguez conoció a Pucho en la Escuela Cubana de Música Moderna, tuvo el honor de recibir uno de sus trombones como regalo y comenta cuánto aprendió de su dicción, su modestia y, sobre todo, de su manera de llegar a los alumnos. Por su parte, Eduardo Sandoval, el joven de la mesa, se refirió a la sólida cátedra del trombón que tenemos en Cuba y a la necesidad de incorporar a esas enseñanzas figuras e influencias relevantes como la de Pucho Escalante: “En aquellos tiempos se tocaba el trombón para llegarle a las personas, eso es algo que debemos rescatar”, concluyó.

El espacio también fue oportuno para la entrega de la Distinción 35 Aniversario por parte del Comité Organizador del Festival Internacional Jazz Plaza a Pedro de la Hoz.

Historias de trombonistas y trombones, enseñanzas de un maestro de maestros y reconocimientos a lo útil, lo sublime, lo grande, pueden resumir esta mañana de Coloquio, este otro día de Festival.