Lecturas desde el alma para niños en crisis

María Carla Gárciga
15/1/2016

Nacida en Guatemala, pero de madre norteamericana, Patricia Aldana estableció una conexión con la literatura desde pequeña, gracias a las lecturas que su mamá le hacía en las noches de los clásicos ingleses juveniles, incluso más allá; Shakespeare y Dickens fueron sus referentes en la infancia y no solo le mostraron el mundo de Romeo y Julieta, Macbeth, Hamlet, Oliver Twist y David Copperfield, sino, además, otra cultura e idioma que incorporaría como parte de sus raíces.

“A causa de eso fui lectora toda la vida. La lectura me abrió la mente, me dio un gran placer y mucho de qué pensar. Quería a Guatemala, pero siempre supe que en el resto del mundo había otras cosas gracias a los libros que leí, los cuales me permitieron ver el universo, y ese fue el comienzo”.

Presidenta de la Fundación IBBY y Presidenta de Honor del Congreso Internacional Lectura 2015: para leer el XXI, Patricia Aldana es editora y fundadora de GroundwoodBooks y del Fondo IBBY para niños en crisis. Se desempeña, además, como Presidenta de la Campaña Nacional de Lectura en Canadá, dedicada a mantener a esa nación como un país de lectores.

Usted ha sido una de las gestoras del proyecto de lectura para niños en crisis. ¿Cómo surge esta iniciativa, en qué consiste y cuáles han sido sus logros hasta el momento?

El primer ejemplo del IBBY fue en Venezuela, cuando se derrumbó la montaña. La sesión del IBBY allí fue a leerles a los niños de estas comunidades que sobrevivieron, porque otros muchos murieron, y de los que quedaron, varios perdieron a sus padres. Con esta experiencia aprendimos que la práctica de llevarles la lectura funcionaba y tenía resultados positivos. La cuestión era cómo trasladarla a otros países.

Se convirtió en un proyecto cuando aconteció el tsunami en Japón. Allí vivía un japonés interesado en el IBBY, que era el mayor productor de miel del país y nos ofreció hacer algo en las comunidades dañadas. A partir de ese momento, también se incorporaron personas de Indonesia, se construyeron bibliotecas, les llevamos libros en su propio idioma y fue increíble el intercambio de experiencias.

En el caso de la situación en Gaza, estábamos muy choqueadas por lo que pasaba, y la sección de IBBY en Palestina nos dijo que quería colaborar. Propusimos crear bibliotecas y todo se tuvo que hacer a distancia, nos costó mucho esfuerzo, pero al final quedaron geniales; las fuimos a visitar en la primavera árabe, logramos entrar y comprobamos que eran muy importantes para los niños de estas comunidades. A ellos les encantaba la biblioteca, sus padres nos decían que los encontraban mucho mejores y que les había cambiado la vida, entonces vino la guerra y destruyeron la biblioteca. Recién la acabamos de reconstruir, pero así son las cosas cuando trabajas con situaciones muy difíciles, por eso hay que insistir, se lo debemos a ellos.

En Irán, también trabajamos con los niños refugiados de Afganistán;le dimos a cada uno una bolsa de libros, creamos un proyecto de lectura y durante estos tres años lospequeños, que eran casi analfabetos, están sacando muy bien su colegio. Ya hay 40 mil niños que han recibido este programa, fundado dentro de Irán con mucha gente que lo está apoyando. Verdaderamente, ha sido un éxito extraordinario.

Si uno insta a los niños a la lectura como una actividad placentera que da gusto, leyéndoles en voz alta buenos libros, sin forzarlos ni obligándolos como si fuera un deber o un castigo, esos niños vana ser lectores. Hasta hoy hemos llevado el proyecto a muchos países como Paquistán, Irán,  Afganistán, Líbano,Gaza, Venezuela;a Chile y Perú después de los terremotos;y a India, Tailandia, Sri Lanka y Japónluego de los tsunamis.

Con respecto al Congreso Internacional Lectura 2015: para leer el XXI, ¿cuál es su importancia para el fomento de la lectura y el intercambio de susgestores?

En Latinoamérica, donde hay 20secciones de IBBY, ha cambiado la calidad de los libros en la promoción de lectura y la respuesta a los niños con problemas. Todos estos años con los congresos se ha desarrollado mucho el intercambio y la práctica de promoción de lectura. Uno se instruye mucho en estos eventos, siempre hay cosas que no sabes, que no se te habían ocurrido; también hemos aprendido más sobre la práctica de la biblioterapia y existe mucho apoyo mutuo, por lo que estos encuentros ayudan a subir el nivel de toda la labor que hacemos.

Como editora de literatura infantil y juvenil, ¿qué valoración le merece la producción actual del libro destinado a estas edades y la relación con el mercado editorial?

Hay una producción de libros en español de muy alta calidad, la mayoría proviene de pequeños editores. Los grandes grupos editoriales, casi todos españoles que están operando en Latinoamérica, son muy comerciales. Entiendo que se trata de enormes compañías que deben pagar sueldos, entonces están produciendo libros para vender en el mercado, y les es difícil tomar un tiempo y publicar una obra especial, por eso quienes terminan haciéndolo son los pequeños editores. También antes había muchas editoriales y la producción era más variada. Ahora son solo cinco o seis mundiales y es más complicado.

En los últimos tiempos se vienen tratando en la literatura infanto-juvenil temas agudos yfuertes, como la violencia, la muerte, la guerra y la homosexualidad, los cuales anteriormente no habían sido abordados de manera tan explícita. ¿Qué opina de la introducción de estas temáticas delicadas en los libros para niños y jóvenes?

Como editora publiqué una serie de libros que se llama El pan de la guerra, sobre una niña que vive bajo el talibán y tiene que vestirse como hombre e ir en busca de comida para su familia, porque a las niñas no las dejan salir solas. Su papá está en prisión y su mamá está imposibilitada. Se trata de una serie; en otra historia muere una niña en un campo de minas. La autora lo que plantea es que si estos niños tienen suficiente edad para ser bombardeados, la tienen también para leer sobre niños bombardeados, porque lo están viviendo y saben perfectamente que el mundo es muy difícil; ven televisión y se dan cuenta de las cosas, saben lo que está pasando, y es mucho mejor que tengan un libro que narre estas problemáticas, el cual se puede usar —como dicen sus padres— para hablar de sus situaciones y ayudarlos a vivir con eso.

En el caso de la homosexualidad, en Canadá es legal que se casen los homosexuales, y los niños tienen compañeros en la escuela que son hijos de parejas del mismo sexo; entonces no debe ser prohibido, debe verse como algo normal.

¿En qué proyectos se encuentra enfrascada actualmente dentro del plano editorial y promocional de la lectura?

En estos momentos estamos desarrollando un proyecto entre la Fundación IBBY y REFORMA, que es una asociación de bibliotecarios en Estados Unidos. Las bibliotecas allí son muy importantes para sus comunidades, pero las poblaciones marginales no las usan mucho y las bibliotecarias tratan de conectar siempre con los latinos. En este sentido, trabajamos con los niños centroamericanos que vienen de El Salvador, Honduras y Guatemalahuyendo de la violencia, el narcotráfico y el crimen organizado.

Los padres pagan a los coyotes para que les permitan viajar solos; son niños refugiados que vienen a EE.UU. para ser reconocidos como tales. Los padres los sacan de sus países para protegerlos y, en general, tienen familiares que pueden recibirlos, indocumentados o migrantes legales.

¿Cómo llegar a conectara estos niños con los libros? Bueno, tratamos de buscar fondos y donaciones deobras de calidad, publicar la situación de los niños, incorporar voceros conocidos como Gael García Bernal, Oscar Isaac, Diego Luna. Nos proponemos construir una red de apoyo con las bibliotecas públicas de EE.UU. para que cada niño tenga un libro, una tarjera bibliotecaria, para que sean apoyados en las comunidades a donde llegan y cuenten con servicios legalizados.

Este proyecto es muy importante para mí, y sé que los niños de Siria también van a necesitar muchísimo apoyo. Nosotros creemos que el contacto con los libros es la mejor manera de ayudarlos a hablar de lo que les ha pasado. Pueden leer libros sobre el amor, pero necesitan intervención y es primordial responderles porque han sido maltratados, muchos casi se ahogan, han estado horas y horas en el frio…

En el plano editorial estoy trabajando con la Editora más grande de China para traer libros a los niños chinos sobre el resto del mundo y muchos son obras de temas difíciles que no existen en ese país. Estoy adquiriendo una lista de libros de Irán, Afganistán, Argentina, no del área comercial y anglosajona. La persona que maneja esta compañía estatal quiere que los niños tengan libros más coherentes, que los introduzcan al resto del mundo, y no le importa que traten temas fuertes.