Lectura, sujeto de derecho y conciencia ciudadana

María Carla Gárciga
14/1/2016

Las Conversas a Pie de Página son seminarios que se organizan en Brasil desde hace cinco años, donde se piensa, pero también se intercambia mucho”, recordaba su gestora Dolores Prades en la inauguración del Congreso Internacional Lectura 2015: para leer el XXI “Se ha de conocer las fuerzas del mundo para ponerlas a trabajar”.

Desde la pasada edición del evento, que se celebra en Cuba cada dos años, las conversaciones a pie de página se han convertido en una sesión habitual que invita a leer e interpretar nuestras realidades contemporáneas con un enfoque crítico y cuestionador.

“Lectura, sujeto de derecho y conciencia ciudadana: la cultura de la «cosa pública»”, fue el título de uno de los debates más enriquecedores —y necesarios— de la presente edición. Si la lectura es diálogo, reflexión, discusión consigo mismo y con el otro, crítica fecunda, espacio de libertad, ¿cuál es su papel en el desarrollo y consolidación de una relación comprometida y plena del individuo con la «cosa pública»? ¿Qué significado e importancia tiene, entonces, en la formación de un sujeto consciente de su responsabilidad ciudadana? ¿Cómo incide el proceso lector en la interiorización, asunción y defensa de esa conciencia ciudadana, capaz de garantizar una existencia realmente democrática?

Estos y muchos otros cuestionamientos sirvieron de punto de partida para la reflexión de tres destacados panelistas: el politólogo y escritor Rafael Hernández, director de la revista Temas; la economista y profesora Tania García Lorenzo, investigadora del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, y la directora y guionista Magda González Grau, profesora del Instituto Superior de Arte (ISA).

La triada lectura-conversación-ciudadanía fue introducida por Rafael Hernández, moderador de la charla. En este sentido, se definió la lectura como interpretación de los discursos sociales cotidianos, audiovisuales, simbólicos y digitales para el desarrollo de un capital de cultura; la conversación como interacción entre los discursos y la generación de ideas que se contraponen, se superan unas a las otras o se intercambian en la sociedad; y ciudadanía como el desempeño real de derechos y prácticas de equidad ciudadanas, en el marco de un orden social que tiene sus normas más allá de las establecidas, donde está presente la diversidad.

¿Cuánto ha cambiado la conciencia ciudadana y la cosa pública en la sociedad cubana? Para el intelectual y profesor, existen cinco cuestiones esenciales en torno al cambio:

– Su naturaleza en los últimos 25 años. Las transformaciones sociales, ideológicas y culturales empezaron en la segunda mitad de los 80 y se aceleraron en los 90, lo cual dio lugar a un nuevo orden social y una nueva manera de pensar cultural y cívica, transformada.

– Se produce, así, una nueva matriz que genera un consenso político heterogéneo, la homogeneidad quedó atrás. Aparecen nuevos actores sociales en Cuba: pluralidad de grupos, ocupaciones, sexos y colores.

– El poder político actual reconoce y ve esa nueva dinámica socio-económica e ideológica.

– Se vale discrepar y tener opiniones diferentes, se reconoce el disentimiento.

– Esto da lugar a una esfera pública nueva, más allá de los medios de comunicación, y es reflejo de la transformación de la cultura cívica cubana que se expresa en la producción y el consumo cultural como espejos de una nueva sociedad.

En este contexto, ¿qué papel tiene el desarrollo de la lectura e interpretación en la formación de ciudadanos en la conciencia y capacidad de su rol?

La realizadora Magda González Grau destacó el sentido de identidad y pertenencia como una responsabilidad en la sociedad. Asimismo, llamó la atención en el desarrollo de la posibilidad de intercambiar, interpretar e interactuar para ejercer dicha responsabilidad ciudadana.

“Es imprescindible desplegar la capacidad de lectura y conocimiento para no enajenarnos de los problemas de la sociedad”, apuntó González Grau. “El ser humano necesita siempre saber dónde está la verdad, que no es absoluta, sino un concepto relativo; pues, muchas veces, lo que hoy es verdad mañana no lo es. Se trata de buscar consenso en las demás personas y ejercer la capacidad ciudadana de la participación del individuo”.

La lectura recrea y alimenta una cosmovisión de la condición y espacio de un individuo, de su sentido de pertenencia a una sociedad.

Por su parte, la economista Tania García valoró la lectura como un proceso de reflexión, cuyo impacto en la sociedad puede reflejarse como disfrute, pero también como instrumento. La lectura recrea y alimenta una cosmovisión de la condición y espacio de un individuo, de su sentido de pertenencia a una sociedad.

“Hoy la educación, la cultura y la lectura constituyen un campo de batalla, pues se está produciendo una confrontación económica y militar en muchos escenarios. Predominan las grandes industrias culturales que llevan sus mensajes hegemónicos y triunfan porque las nuestras no están desarrolladas, no tenemos la capacidad de contrarrestar sus fuerzas y llevar el mensaje cultural de nuestros pueblos”, afirmó la investigadora.

 Hoy como nunca antes necesitamos una sociedad no solo instruida, sino culta, de ahí la importancia de la lectura y el conocimiento de la historia.

“Hay un cambio de paradigma social y productivo que trasciende las fronteras de nuestros países, es un proceso que tiene que asimilar la creatividad e innovación como eje central. Si nos cambian las preguntas hay que buscar nuevas respuestas. El mundo ha cambiado, hoy es muy diverso; está más comunicado, pero es menos comunicativo. Por ello debemos desarrollar la capacidad para crear, contraponer y forjar nuestros propios modelos. Hoy como nunca antes necesitamos una sociedad no solo instruida, sino culta, de ahí la importancia de la lectura y el conocimiento de la historia. La juventud tiene que apropiarse de las herramientas para tomar de la mano estos procesos de cambios culturales y sociales en toda su magnitud”.

Los tres analistas coincidieron en la multiplicidad de lugares que coexisten hoy día donde aprender a interpretar e intercambiar ideas: familia, comunidad, organizaciones, instituciones, programas de TV, etc., así como en la importancia de la interacción entre sociedad civil e instituciones del estado y su reflejo en los debates e intercambios de discursos.

Igualmente, se evocó la magna obra del Che Guevara El socialismo y el hombre en Cuba y sus ideas sobre la masa y la vanguardia; también la máxima del presidente boliviano Evo Morales de dirigir obedeciendo la voluntad popular.

Así pues, los panelistas de la conversa “Lectura, sujeto de derecho y conciencia ciudadana: la cultura de la «cosa pública»”, concluyeron que el debate ciudadano no debe darse solo en el campo de la representación, sino, además, en el de la participación; que lo público hoy está en una encrucijada cuando oponemos instituciones de la base con instituciones nacionales, e instituciones sociales con instituciones estatales y, por último, que la sociedad debe funcionar como pilar fundamental del desarrollo, con el estado operando de conjunto.