Las palabras de David

Raúl Martínez
11/12/2017

Cuando somos jóvenes descubrimos que pintar deja de ser un regocijo para convertirse en un desgarramiento. Yo era David lanzando mis piedras de mal tirador. No conocía el mundo y la incertidumbre nos hace trampas. Las críticas y el reconocimiento no eliminan la inseguridad, pero un premio nos estimula y señala una dirección; es una gran necesidad y hace que, lentamente, las piedras comiencen a dar en el blanco.
 

“José Martí”, 1966. Colección MNBA
 

¿Y de mayor? Perdonen  mi vanidad, pero yo tenía la esperanza de que este galardón me pertenecería, aunque no me preocupaba si otros con sus méritos lo hubieran obtenido. Ya el tiempo ha pasado y deja su huella sobre la obra de la que uno mismo llega a ser su crítico más exigente. ¿Qué significa este premio para un artista cuando se tiene mi edad? Debo confesar que tantos años vividos me hicieron olvidar a David y sus piedras, pero que ahora, después de recibir este homenaje, lo recuerdo con nostalgia y lo necesito apasionadamente, y quisiera que volviera a estar conmigo como cuando era joven, y lograr que las piedras doradas que lance en el futuro den en el blanco nuevamente. 
Agradezco a todos los que han participado directamente en la decisión de otorgarme este premio, así como a los amigos que tanto se han alegrado conmigo por el reconocimiento que significa. Ya está en mis manos, y podemos compartirlo y celebrarlo con alegría.