La verdad que se le negó a Mella

Ana María Domínguez Cruz
10/1/2019

Todavía hoy, a 90 años del asesinato de Julio Antonio Mella, muchos creen que aquellos dos tiros disparados hacia él alrededor de las 10 de la noche del 10 de enero respondían a un crimen pasional, a un ataque de celos, a un ajuste de cuentas del corazón.


Tina Modotti y Julio Antonio Mella. Fotos: Internet

 

Esa fue la campaña que, con toda intención, se desplegó en diferentes medios de comunicación en México, aprovechando el hecho de que la bella fotógrafa italiana Tina Modotti, su pareja, le acompañaba ese fatídico día, y abundaban los hombres que la deseaban. La versión de que ella, incluso, era sospechosa, también convenía multiplicarla.

Lo cierto es que Mella fue asesinado, y los testigos del suceso, Luis Herberiche, Anacleto Rodríguez y José Flores, afirmaron que vieron caminar a dos hombres y una mujer, envueltos en una discusión, y que uno de ellos sacó una pistola y disparó mientras el otro corría hacia delante.


Cenizas sin muerto, texto publicado en Bohemia y escrito por Juan Marinello a raíz del asesinato
del líder estudiantil Julio Antonio Mella y el traslado de sus restos a Cuba.

 

Y aunque pulularon las desinformaciones al respecto en aquel momento, no es posible que en la actualidad se dude sobre la relación de Gerardo Machado, presidente cubano en aquella época, con el trágico acontecimiento. Existen pruebas contundentes y, afortunadamente, aparecen recogidas en el libro Julio Antonio Mella en medio del fuego. Un asesinato en México, de los escritores e historiadores Adys Cupull y Froilán González.

A esta pareja, en el amor y en la investigación, les gratifica mostrar el conjunto de cables, cifrados, mensajes secretos y todo tipo de documentos que prueban la implicación directa en el crimen de Machado y otras personas de su entorno cercano.

“La verdad histórica es lo que vale y por eso nos interesa siempre aclarar que el asesinato de Mella fue otra de las viles acciones que Machado concertó, y que fue definitivamente la última, pues fueron varios los intentos de asesinato de los que el joven líder del estudiantado universitario fue víctima.

“Estuvo preso injustamente, luego de liberarlo pretendieron hacerlo ver culpable de la puesta de petardos y bombas en algunos lugares de La Habana… Otra vez en la cárcel quisieron envenenarlo con un pescado, de lo que se salvó gracias a que quiso comerlo otro prisionero, quien estuvo a punto de morir. Su esposa, Olivia Margarita, no se apartó de él ni un segundo cuando estuvo en el hospital debido a su precario estado de salud como consecuencia de la huelga de hambre que protagonizó, pues le comentaron de un posible intento de asesinato a través de una inyección… Así que si seguimos sacando cuentas, a Mella quisieron verlo muerto siempre, y fue Machado quien estuvo detrás de ese repugnante hecho”.


Mella fue y sigue siendo “un líder indiscutible entre los estudiantes de la Universidad”.

 

¿Por qué? ¿Cuál era la razón por la que querían verlo bajo tierra? “Mella era un joven brillante, con fuertes convicciones políticas, con un pensamiento antimperialista de avanzada. Era un hombre que luchaba por sus derechos y sumaba a la lucha a los demás… fue un líder indiscutible entre los estudiantes de la Universidad”.

Muero por la Revolución… dijo Mella cuando aquellos disparos ponían fin a su vida, con solo 25 años. Preparaba entonces la expedición que lo llevaría de vuelta a Cuba para incorporarse a la lucha armada.

“Este libro Julio Antonio Mella en medio del fuego. Un asesinato en México no solo se refiere al fuego de las balas, sino y sobre todo al de la injusticia, la desinformación, la envidia… que es muchas veces más fuerte que la acción de cualquier enemigo. Es lo que nos interesa compartir con las nuevas generaciones”.

Adys y Froilán son apasionados de la historia, y son entusiastas defensores de la verdad. Han publicado, entre otros, La Cía contra el Che, Che entre nosotros, Mariana, raíz del alma cubana, Martí a flor de labios, Julio Antonio Mella, El asesinato del Che en Bolivia. Por eso este 10 de enero compartirán sus experiencias durante la investigación realizada con quienes asistan al Centro Dulce María Loynaz.

Otro libro se publicará próximamente, y será una sorpresa para muchos. “Mella tuvo una hija, Natasha, nacida en México y actual residente en Estados Unidos desde 1961. Con ella nos hemos comunicado y las revelaciones de esa correspondencia las mostraremos en el volumen Recuento al final del camino. Otra oportunidad para encontrarnos con la verdad”.

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