Jessica Rodríguez: “Me interesa hacer un cine honesto”

Narmys Cándano García / Fotos: Cortesía de la entrevistada
15/1/2016

Personajes inadecuados, imperfectos, vivencias que desbordan las imágenes de las sociedades monocordes, de la dualidad de buenos y malos, atraen a esta realizadora que ha hecho un alto en su fecunda carrera documental para estrenarse como directora de largometrajes.

Espejuelos Oscuros, su ópera prima, llega para reafirmar la valía de Jessica Rodríguez como creadora, también como otra prueba de que el talento femenino tiene y merece un lugar detrás de cámara y de cara a la gran pantalla.

Cuatro relatos, personajes y tiempos históricos dan forma a esta mirada, subjetiva pero certera sobre seres, contextos y sentimientos ya cubanos, latinoamericanos, universales.

¿Cómo surgió la idea para este guion, qué te inspiró?

 Quería ubicar a mujeres apasionadas e imperfectas en momentos definitorios de la historia política y social de Cuba.

La necesidad de reescribir la Historia desde un punto de vista femenino e imperfecto. Quería ubicar a mujeres apasionadas e imperfectas en momentos definitorios de la historia política y social de Cuba. ¿Qué pasa si no hacemos lo que la sociedad requiere y espera de nosotros? ¿Qué pasa si no somos la esposa y madre abnegadas que adoran los libros de texto?

Utilizaste el método de crowdfunding para la producción de la película. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Empleaste otras formas de financiamiento? ¿Crees que el futuro de la producción cinematográfica venga por ese camino?

El crowfounding fue vital para completar el monto que necesitábamos para lograr filmar la película. Pero creo que un largometraje de ficción muy difícilmente puede financiarse solamente con este tipo de aportaciones. Fue fundamental pero creo que no llegó ni al cinco por ciento de nuestro capital total. Es más importante trabajar en lograr apoyos institucionales y facilitar que la empresa privada haga aportaciones, subvenciones a las que se pueda aplicar desde dentro y fuera de la industria, porque con la ayuda de amigos y familia es muy difícil levantar un proyecto. En mi caso fueron muy importantes los Premios y Ayudas que había recibido el guion previamente, eso y las ganas de mucha gente de hacer el proyecto, además del trabajo profesional de Ivonne Cotorruelo, Jaime de los Santos y Miguel Burgos, los productores de la película.

Has dicho que no es una película con grandes pretensiones estéticas, ¿qué huellas o rasgos de tu trabajo anteriores hay en Espejuelos oscuros?

Toda película tiene pretensiones estéticas. La mía las tiene por supuesto, si no pretendo lograr nada a nivel de lenguaje ¿para qué hago una película? Lo que siempre he dicho es que no es una película en la que me haya dedicado a experimentar estéticamente, es mi ópera prima y he querido ponerme a prueba contando una historia. En mis documentales siempre me ha gustado arriesgarme mucho probando cosas nuevas, en Espejuelos… he estado probando un lenguaje diferente para mí, que me saca de mi zona de confort, el lenguaje de la ficción. Pero sí hay una intención estética marcadísima, es lo que le da alma a tu película.

En una entrevista dijiste que con los personajes te interesaba “lograr un punto de soledad y estupor, la soledad y el estupor típicos de personas que no saben cómo manejarse bien con las circunstancias que les ha tocado vivir”. ¿Qué otros sentimientos y valores quisiste reflejar en la película?

Me gustan los personajes inadecuados. Esos que se sienten fuera de lugar. Me gustan los personajes que no son lo que parecen ser. En Espejuelos oscuros he querido hablar de lo que se esconde bajo la superficie de a gente.

¿El personaje femenino representa a una mujer cubana o representa a una mujer universal?

La protagonista es cubana porque transita por diferentes contextos situados en Cuba, pero a un tiempo encarna sentimientos que son comunes para todas las personas más allá de su origen.

¿Cómo escogiste a los actores? ¿Pensaste en Laura y Luis Alberto desde el principio?

No escribí a Mario y a Esperanza pensando en Luis y Laura específicamente, pero si hubiese trabajado con otros actores mis personajes serían muy distintos, no serían lo que son ahora. Me encantó poder trabajar con dos personas, no solo talentosas en lo que a actuar se refiere. Para mí fue muy importante que fueran tan inteligentes, tan creativos en el trabajo de mesa y que me ayudaran a entender a mis propios personajes desde sus sensibilidades particulares. Los personajes después del trabajo con ellos se enriquecieron y matizaron muchísimo.

Los personajes viven cuatro historias distintas, en diferentes épocas, ¿qué elementos las unen?

Un elemento fundamental que ayuda al espectador a crear asociaciones entre los cuatro personajes es por supuesto que son interpretados por una misma persona. Esperanza, Marlene, Adelante y Dulce son interpretadas por Laura de la Uz, así como Mario, Terencio, Acosta y Manuel por Luis Alberto. Me interesaba que aunque los personajes son muy distintos y están bien diferenciados el espectador los relacionara íntimamente como el mismo. También las tramas están relacionadas, pero eso me gustaría que lo fuera descubriendo por sí solo.

En tus trabajos has mencionado que se repite siempre un narrador en off, en el filme también hay una narradora, aunque de otra manera, ¿a qué se debe este interés?

El narrador en off siempre lo he usado como un recurso estilístico porque en lo personal me gusta. No está relacionado con Esperanza como narradora de historias. No sé si para ficción usaré alguna vez la voz en off, fuera del documental me gusta menos.

También dijiste en otra entrevista que en tus cortometrajes se repite la necesidad de transmitir estados de ánimo, ¿se trasladó este interés a Espejuelos oscuros? ¿Qué mensaje(s) quisieras que se llevara el público que vea el filme?

El estado de ánimo que está presente en todo Espejuelos oscuros es el desasosiego.

Leí que el público cubano es el que más te importa, ¿Hasta qué punto los espectadores de la Isla son el público meta de la cinta?

En el caso de Espejuelos… el público cubano es el que más me interesa. Hablo de la sociedad cubana y es precisamente con los de aquí con los que más me interesa compartirla. Creo que es universal porque los sentimientos que trata son aplicables a todos los seres humanos pero creo que hay un homenaje a varias generaciones nuestras, en parte la películas es para ellos.

Eres privilegiada por ser una joven realizadora con una amplia trayectoria ¿Cuánto crees que ha avanzado el protagonismo femenino en la realización audiovisual?

Depende de a qué se le llame protagonismo. Creo que materiales con calidad de mujeres siempre ha habido. Las mujeres tenemos tantas ganas como los hombres de hacer cosas. Cuando solo necesitas tu cámara, un equipo mínimo y muchas ganas de hacer claro que salen cosas, muchos cortos y documentales. Pero cuando se trata de invertir dinero, de confiar en una mujer todo el gasto que supone un largometraje de ficción creo que la cosa cambia. No tengo ánimo de ofender a nadie pero las estadísticas hablan por sí solas ¿Cuántas mujeres han dirigido un película de ficción en nuestro país? Obviamente algo estamos haciendo mal, porque cuando se buscan documentales y cortos premiados las mujeres están muy a la cabeza. El arte no se trata de géneros, se trata de talento, y me cuesta muchísimo creer que en tantos años sólo haya habido un par de mujeres con el talento suficiente como para confiarles un largo.

Hasta ahora has tocado temas complejos a nivel social ¿Qué otros temas te interesaría llevar a la gran pantalla? ¿Preparada para una próxima película?

Me interesa sobre todas las cosas hacer un cine honesto, que sea consecuente con mi manera de pensar y de vivir. Para hacer algo que no me interesa pero es cómodo me quedo en mi casa tranquila o me dedico a hacer otras cosas que me den más satisfacciones materiales y menos dolores de cabeza. Levantar un proyecto es muy difícil, requiere mucha paciencia y entrega, por eso tengo claro que quiero hablar de cosas que me interesen y de la manera que quiero, de otra forma no merece la pena tanto esfuerzo.

Has presentado tus obras en diversos festivales de todo el mundo ¿Qué lugar ocupa en ese curriculum el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano?

El Festival Internacional de Cine de La Habana promueve un cine que me gusta, un cine de autor, personal. Además ahora mismo el cine latinoamericano está a la vanguardia en el mundo entero, sobre todo en lo que a exploración del lenguaje se refiere. Si te pones a mirar los premios de los certámenes más interesantes a nivel internacional este año, tipo Cannes, Berlín, Venecia, verás en la lista de premios muchísimos filmes latinoamericanos. Entonces creo que este año precisamente el festival de Cuba va a ser muy especial.

 La forma que tiene la gente de integrase al festival es maravillosa, me encanta ver cómo el público participa con tantas ganas. En muchos lugares la gente está apática con la cultura y es bueno ver que cuando hay ofertas culturales de calidad los cubanos sabes aprovecharlas.

Por otra parte, la forma que tiene la gente de integrase al festival es maravillosa, me encanta ver cómo el público participa con tantas ganas. En muchos lugares la gente está apática con la cultura y es bueno ver que cuando hay ofertas culturales de calidad los cubanos sabes aprovecharlas, sobre todo en un mundo donde la cultura va perdiendo terreno ante propuestas de poca calidad más enfocadas al consumismo. Espero que no perdamos nunca ese interés.

En tu opinión, ¿qué caminos está tomando el audiovisual joven en Cuba?

Cuando tienes poco que perder y respondes meramente a ti mismo tomas más riesgos. A partir de la muestra han surgido jóvenes con muchas ganas de experimentar estilística y conceptualmente porque pueden, porque no responden a ninguna institución. Eso se nota mucho en el movimiento de cine independiente que ha venido a ser una bocanada de aire fresco para el cine cubano. Cintas que exploran mucho en el lenguaje y que han reinventado nuestro cine, que desde mi punto de vista estaba estancado estéticamente. Películas como Venecia de Kiki Alvarez, La obra del siglo de Carlos Machado, y Juan de los Muertos de Alejandro Brugués son claros ejemplos. Cintas con amplio recorrido internacional, así como multipremiadas en estos años, han sido la cara del cine cubano en el exterior.