István Ojeda: La capacidad de pensar la noticia en diferentes formatos

Danielle Laurencio Gómez
14/3/2018

Cuenta que el periodismo llegó a su vida por casualidad, como también llegó la fotografía, porque István Ojeda Bello piensa que la vida va en un solo sentido y que la frase “si volviera a nacer…” no existe; pero siempre supo que no sería ni médico ni ingeniero, y que en el momento histórico que le tocó decidir, no podía ser otra cosa que periodista.

István es un hombre sencillo, dice que nunca antes se había sentido tan incómodo como con las felicitaciones que trajo a su vida haber ganado el premio Juan Gualberto Gómez por la obra del año en periodismo digital, pero se da cuenta que aquel muchacho que no tenía vocación definida por nada, no se equivocó cuando salió de la prueba de aptitud y dijo: Yo voy a ser esto.

“Fui aprendiendo sobre la marcha. Durante el servicio militar ya todos me decían periodista aunque todavía estuviera ajeno a todo eso, fue entonces cuando me leí el Gargurevich de los géneros periodísticos y me fui aquilatando a la idea antes de entrar a la Universidad.

“Siempre supe que lo mío era la tinta y el papel, en aquella época no se hablaba de periodismo digital. Me gradué en el 2005 en la Universidad de Oriente y desde entonces trabajo en el tunero Periódico 26”.

Para István la pasión por el periodismo digital comenzó ya en la oriental Casa de Altos Estudios, en el rescate de un periódico que existía en versión impresa para la comunidad estudiantil, y que a partir de una propuesta se convirtió solamente en un medio digital.

Así surgió el Universitario Digital

“Ahí fue donde empecé a comprender lo que es trabajar en un órgano, con sus dinámicas, aprendimos qué era actualizar un rotativo, trabajar sobre su plataforma; alcanzamos una gran destreza porque era una experiencia totalmente novedosa. Nos carteábamos con Gerardo Hernández Nordelo e hicimos una cobertura casi en vivo de la guerra en Iraq de 2003, por eso siempre digo que mucho de lo que aprendí en la Universidad se lo debo a ese periódico”.

Explica que en aquel entonces llevaba la página internacional del Universitario, y que aunque la explosión de la web 2.0 se ve con mayor claridad hace más o menos 10 años, si no hubiera existido esta experiencia en su trayectoria profesional, le hubiera costado mucho más trabajo asumir los lenguajes de la red en el “26”.

“La multimedialidad, por muy académico que parezca, es lo que distingue al periodismo digital, la capacidad de pensar la noticia en los diferentes formatos, audios, fotos, videos, infografías que van a complementar los contenidos, porque lo más importante siguen siendo los contenidos, las buenas historias, la forma no puede superar la esencia”.

De su trayectoria profesional en el semanario 26 comenta que han pasado de una dinámica más segmentada de la realidad a una visión más integral de los procesos, en los que se aboga mucho por el trabajo en equipo y porque los colegas tengan una visión holística de la realidad.

“Aun así, sigo tratando con mayor frecuencia aquellos temas que un día abordé en el Universitario, aspectos relacionados con la economía, la política internacional, las telecomunicaciones, aquello que en algún momento siento que más le preocupa al pueblo”.

De sus reconocimientos y menciones en los concursos provinciales de periodismo habla con especial cariño y sencillez, pero confiesa que este Premio Juan Gualberto Gómez es el de mayor relevancia que ha obtenido, y la verdad, lo ha sorprendido muchísimo.

“Anteriormente había obtenido una mención en esta misma categoría en 2014, y ese mismo año recibí un premio en la primera muestra nacional de fotografía joven con una imagen que hice en el Pico Turquino dos años antes”.

Hace solo unos días recibió, además, el premio provincial de periodismo Ricardo Varela por la obra del año en periodismo digital.

“Yo respeto mucho la fotografía para considerarme fotógrafo, pero vino a completar mi perfil profesional, y es muy importante en el lenguaje digital”, comenta, a la vez que reconoce que fue gracias a una amiga que le brindó el conocimiento y la posibilidad de empezar a hacer fotos hace unos años.

“Me niego a categorizarme como fotógrafo, solo soy un periodista que hace fotos”.

Reafirma con humildad que este “Juan Gualberto Gómez”, más que un premio para él, es para el Periódico 26, que reconoce los cambios que están haciendo en las dinámicas productivas del medio, en la manera de abordar y presentar la realidad, y que puede y seguirá haciendo cosas buenas por el periodismo joven en Cuba.

“Yo confío en el periodismo joven y quiero confiar en el periodismo cubano, así como también confío en la juventud de espíritu en el periodismo, porque es muy relativa esta palabra, y aunque no estamos para dar recetas, sino para proponer, sugerir, acompañar los procesos, sí creo que en nosotros hay parte de lo que el país necesita para ser mejor.

“Sobre el periodismo digital solo puedo decir que aún nos quedan retos muy grandes, porque la sociedad cada vez se hace más participativa, las plataformas digitales le han dado a la gente la oportunidad de manifestarse, por eso el periodista no puede estar ajeno a este proceso, y tiene que hacerse presente informando”.

Confiesa que la pelota es una de sus pasiones, por eso también la afición de hacer fotos del béisbol, al punto que siente que el periodismo y el manager de un equipo están relacionados, porque como mismo el pueblo en ocasiones no se pone en el lugar del manager, el periodista tiene que saber ponerse en el lugar de la gente para poder hacerles llegar nuestros contenidos a partir de sus intereses y necesidades.

Para este joven periodista tunero, la clave está en aprender, en reconocer cuándo nos equivocamos y saber escuchar a los demás, aunque revela que le costó mucho aceptar los errores, hoy siente que eso le ayudó a tener esta sensación liberadora que lleva dentro, que lo hace mucho más humano y que le ayudó a corregir el rumbo.

“Por eso, más de lo que yo te pueda decir de mí, es lo que se puede ver, siempre trato de ser yo mismo, y los mejores logros de mi vida los he obtenido gracias a eso, como este premio, que me reafirma que, aunque el periodismo llegó a mi vida por casualidad, no podía ser otra cosa mejor”.