Fiesta de las ideas

Laura Vilar Álvarez
19/5/2016

Buenos días y sean bienvenidos todos a esta nueva “fiesta de las ideas”, como solemos llamar a este Simposio Internacional que inauguramos hoy.

Es innegable que la celebración de la Feria Internacional Cubadisco y del Simposio Internacional, ha estimulado la investigación musicológica y de otras esferas de las ciencias sociales que, a su vez, han contribuido al desarrollo de la industria discográfica en Cuba.

La realización sistemática del Simposio desde 1999, despertó el interés creciente en el abordaje de temas de investigación cada vez más urgentes y útiles para el desarrollo de la industria musical en nuestro país.

Cubadisco trazó el hilo conductor del evento, y los temas a tratar se perfilaron en cada Simposio, casi siempre con un amplio y diverso abanico de materias abordadas que solo alcanzaron a trazar pinceladas sobre un lienzo infinito, pues en cada nueva edición las discusiones y experiencias aportaron al conocimiento de los aciertos y desaciertos de la industria discográfica cubana.

El Simposio ha exigido la presencia de los medios como un espacio para la promoción de la música a partir de un concepto cultural. Ha convocado a las publicaciones especializadas, a las editoras musicales, a las casas discográficas, a los creadores, a todos los actores indispensables en el proceso de creación, circulación y consumo del producto artístico, de manera tal que todos los elementos que se mueven alrededor de ese proceso creativo y productivo de la música están presentes y se relacionan entre sí.

Cubadisco ha sido la “plataforma de apertura o de pretexto indispensable” para la visualización de las políticas individuales e institucionales, y la formación de grupos, redes o equipos interdisciplinarios que validen la creación discográfica cubana. ¿Qué se ha hecho? ¿Qué falta por hacer? ¿Cuál es el resultado económico de la inversión? ¿Se vende el disco? ¿Gusta el disco, se consume, se promueve? ¿Este fonograma es el que prefieren los jóvenes? ¿Por qué todo el mundo quiere ser cantante? ¿Todo el mundo canta? Permítanme algunas preguntas al parecer simples, pero que requieren de investigaciones profundas y con un abordaje interdisciplinar.

Tales razones han provocado que los centros de investigación y documentación en el país reevalúen sus funciones, porque con el desarrollo de la industria discográfica deberán colocarse cada vez más como soporte del conocimiento en los procesos de desarrollo de la propia industria.

El Simposio comenzó como un grupo de ponencias y discusiones sobre diversas temáticas. Luego se dedicó a la rumba; en 2001, a la trova; en 2003 su eje central fue la industria de la música en el siglo XXI; en 2004 se habló del son más largo, y ya en 2005 se le dedicó a la mujer en la música y a Japón como país invitado.

En el 2007 estuvo dedicado a la música y el cine, y a Venezuela como país invitado; en 2008, la música de África fue el colofón de tener en Cuba la diversidad viva de esa cultura milenaria. En 2009 la música y los niños fue el pretexto, y se dedicó a Puerto Rico para reafirmar que ambos países son alas de una misma ave, y que los niños nacen para ser felices aun en el mundo mediático que nos ahoga.

Se galardonó también a la música campesina y a los repentistas del mundo, temática de absoluta soberanía cultural al convocar a cultores que representan un sector de la población cubana que no siempre ha contado con el apoyo necesario para que sus expresiones culturales se desarrollen y promuevan en nuestros medios.

En el 2011 el Simposio tuvo como tema central al Son, realizado en Santiago de Cuba; el 2012 fue la fiesta de la guitarra en la Isla de las mil cuerdas; mientras el 2013 fue el espacio para la música académica, el violín y los jóvenes, y tuvo como país invitado a Ecuador.

En el 2014 la percusión fue la homenajeada, y la mirada internacional incluyó a Trinidad y Tobado y a otras culturas del Caribe. En el 2015 la música coral fue la protagonista y en esta ocasión, 2016, se le dedica a la música popular bailable. 

Cubadisco responde a una sola concepción: vivir para la música y no como un camino para vivir de la música y enriquecerse de ella.

Existimos en un contexto donde la codicia y el pensamiento capitalista quieren dominar al mundo, por lo que es imprescindible definir la ruta a seguir y crear referencias culturales sólidas con el propósito de que nuestros jóvenes puedan tener un escudo macizo ante los falsos modelos que nos quiere imponer el capitalismo a través de  la campaña mediática que ya vivimos.

Este contexto ya está en nuestro jardín; es un deber de los musicólogos, académicos, hombres y mujeres de pensamiento colocar nuestros saberes utilizando los medios y el lenguaje contemporáneo, para que se conozca nuestra cultura desde nosotros mismos, no como estereotipos manipulados por el “mercado”. Esa es una responsabilidad individual que, además, representa un compromiso institucional, pero sobre todo desde la unidad interinstitucional.

Resaltar la importancia científica de la continuidad de la historia para comprender el papel de los pueblos en el proceso transformador de la sociedad, es una de las acciones en defensa de la memoria de una nación. La enseñanza de la historia desde las identidades y los valores populares, también lo es.

El conocimiento representa una de las herramientas claves para la supervivencia del hombre y constituye uno de los objetivos del programa de la Red en Defensa de la Humanidad.

Este espacio de pensamiento aboga por el derecho a la información y a la defensa de la memoria histórica; porque nuestra música es el torrente sanguíneo que alimenta el alma del cubano, y es la música, precisamente la popular, la que se gesta del pueblo, la que define lo que hoy somos como cubanos.

 

Dejo inaugurado el Simposio.

 

Nota:
Palabras inaugurales del Simposio Internacional Cubadisco 2016.