Feria del libro en Cienfuegos: como marea repleta de conocimientos

Onelia Chaveco
14/3/2018

Los cienfuegueros conocen tanto de cultura marinera porque sus tradiciones principales están vinculadas inevitablemente con el mar. De ahí que sus vidas, marcadas por una bahía de bolsa con reflujos y flujos marinos, marchen aparejadas a los cambios de marea.

Y eso ocurre también con su apego al libro y todo el culto por la buena lectura de quienes habitan esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde la Feria del Libro viene a ser como una marea que sube y llega repleta de conocimientos.

Esta vez, la 27 edición de las fiestas de los textos trajo más de 250 títulos, distribuidos en 40 250 ejemplares por nueve carpas en el corazón de la urbe, el parque José Martí.

Entre las propuestas más buscadas por lectores estuvo Hasta siempre Fidel, una obra que recoge en imágenes, sobre todo, las honras fúnebres al Comandante en Jefe Fidel Castro, durante el recorrido de esa caravana desde La Habana a Santiago de Cuba.

También en las carpas, niños con uniforme escolar llevados por sus maestras o por sus padres y abuelos, buscaron las variadas propuestas de la literatura infantil, entre las cuales se encontraban opciones emblemáticas como Había una vez y La Edad de Oro.

En especial los títulos de las editoriales locales como Mecenas y Reina del Mar Editores tuvieron buena acogida por los sureños, en particular Cuba ríe, de Eduardo Torres (Zuki); Villa Macarusi, de Dánae Águila; Redondillas Cubanas, de Alberto Vega Falcón, y Cáscara de coco, de Ariel Fernández.

La presencia del doctor Eusebio Leal Spengler, a quien estuvo dedicado el evento, fue un momento de clímax para los cienfuegueros que se agolparon en la sala de la Asamblea Provincial del Poder Popular para escuchar al historiador, quien confesó sus vínculos familiares con Cienfuegos.

Otorgan condición de Hijo Ilustre de Cienfuegos a Eusebio Leal. Fotos: Modesto Gutiérrez Cabo
 

Leal reveló que al desaprobar su tercer grado en la primaria, la maestra le regaló un libro con esta dedicatoria: “Eusebio, estudia”, hecho que fue suficiente para su acercamiento a las letras y en especial al libro, al cual calificó como expresión material tangible de la cultura.

Con el cariño de los anfitriones al destacado orador y estudioso, este recibió la condición de hijo Ilustre y un hermoso cuadro de José Martí que prometió colocar en la escuela donde de niño estudiara el Maestro.

El acercamiento a la cultura de la República Popular China, país al que estuvo también dedicada la Feria, constituyó otra fuente inagotable de conocimientos porque amplió los referentes de un patrimonio plagado de tradiciones y raíces milenarias.

Un panel —denominado China es mucho más que porcelana— tuvo lugar con el auspicio del Museo Provincial y el grupo de trabajo de la Asociación MIN CHINH TAN, además de una exposición donde mostraron vestidos típicos, artesanía y literatura de esa nación.

La huella china en Cienfuegos toca a lugares emblemáticos locales como la Catedral de Cienfuegos Nuestra Señora de la Purísima Concepción, cuya construcción aconteció entre 1866 y 1869, y donde fueron encontrados varios caracteres chinos elaborados por quienes laboraron en la edificación del inmueble.

Como cada año, la cita trajo las buenas nuevas de los libros que entrañan siempre ese caudal de conocimientos y dejan el sabor alegre de sus saberes.