Díaz-Canel, “un ingeniero de banda ancha”

Claudia Yera Jaime
23/4/2018

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a punto de cumplir 58 años, ha sido electo por la Asamblea Nacional del Poder Popular nuevo presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, tras unas elecciones generales democráticas.

Desde su estancia en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas como estudiante de la carrera Equipos y Componentes Electrónicos, despuntaron sus cualidades de líder político y de masas.

“Con Díaz-Canel tuve una visión de futuro; un día estábamos en casa de uno de los profesores conversando y tomando unas cervezas y le dije: ‘Migue, tú vas a llegar a ser algo grande, por lo menos ministro; a ti esta labor que haces con nosotros ahora te queda muy chiquita’. Tengo el privilegio de ser una de las primeras personas que advirtió en él sus excepcionales cualidades”, cuenta el profesor Juan Valentín Lorenzo Ginori.

Con melena, jeans, chaquetas de mezclilla y camisetas deportivas, se paseaba Díaz-Canel por los pasillos de la Facultad de Ingeniería Eléctrica (FIE). Desenfadado, carismático, inteligente y extremadamente sensible lo recuerdan sus profesores y compañeros de estudio, protagonistas de esta entrevista.

Díaz-Canel, como secretario del Partido en Villa Clara, en el año 1997 en un fórum científico de la FIE,
con el Dr. Juan Valentín Lorenzo Ginori. Fotos: Cortesía de la Facultad de Ingeniería

 

El estudiante ejemplar

“Siempre organizado y estudioso, un investigador acucioso que buscaba en todo momento el porqué de las cosas. No era una persona de mucho discurso, sino de mucha actuación. Salía bien en todo, terminó su carrera con más de 4.8 de promedio de índice académico”, rememora el profesor Juan Pablo Barrios Rodríguez, actual decano de la FIE, quien compartió con Díaz-Canel responsabilidades en el consejo de la Federación de Estudiantes Universitarios.

Díaz-Canel, como secretario del Partido en Villa Clara, junto a profesores de la FIE en la inauguración en el 2002
del Centro de Estudios de Electrónica y Tecnologías de la Información.

 

Cuentan que se involucraba en todas las actividades universitarias, desde la investigación en pos del desarrollo tecnológico hasta fórums de filosofía e historia o eventos deportivos y culturales.

“Se formó como un ingeniero de banda ancha, que en términos técnicos significa un profesional que cubre un espectro muy amplio de situaciones”, asegura Barrios Rodríguez.

Mientras que Ileana Moreno Campdesuñer, quien fuera su compañera de estudio durante los cinco años, comenta: “Migue es un hombre muy inteligente, desde su paso por acá por la FIE lo demostró, asimilaba con facilidad los contenidos que nos impartían. Era muy buen compañero, estudiábamos juntos; aunque él no lo necesitaba por su inteligencia innata, dedicaba el tiempo del fin de semana a sentarse con nosotros, explicarnos, confraternizar”.

 Díaz-Canel (al fondo a la derecha) e Ileana Moreno (al frente a la izquierda) junto a
compañeros de estudio en el Instituto Técnico Militar.

 

La Dra. Campdesuñer, quien actualmente ejerce como profesora de Circuitos Eléctricos y Metodología de la Investigación en la FIE, testifica, además, que: “Leía mucho y trataba de absorber la mayor cantidad de conocimientos posible de cultura general. Era un amante de la trova y el rock clásico, y sobre todo de su ciudad, siempre estaba orgulloso de ser pilongo”.

El recién electo presidente fue el “alumno ayudante estrella” de Juan Valentín Lorenzo Ginori, profesor consultante del Centro de Investigaciones de la Informática, quien fue jefe de departamento de la carrera de Equipos y Componentes Electrónicos durante los cinco años de la estancia de Díaz-Canel como educando en la casa de altos estudios.

 Díaz-Canel con los profesores de la FIE, los doctores Juan Valentín Lorenzo Ginori (izquierda)
y Emilio González (derecha). 

 

“Cuando ellos comenzaron a estudiar la carrera yo estaba interesado en hacer mi doctorado y me encontraba a la caza de estudiantes talentos para que participaran en mis investigaciones. Aproveché cuando Díaz-Canel obtuvo un premio en un fórum de marxismo para felicitarlo y hacer un poco de proselitismo”, cuenta.

“Desde sus estudios de pregrado fue muy destacado y llegó a tener publicaciones científicas en la revista Ingeniería Electrónica, Automática y Comunicaciones, dice el profesor, orgulloso de su tutoreado.

El joven investigador cumplió, además, como estudiante de pregrado una tarea de impacto encomendada por la dirección del país en 1982: hacer su trabajo de diploma en el Instituto Técnico Militar (ITM) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. “Para allá fueron Miguel y varios de sus compañeros; concurrieron a cumplir con eficiencia y calidad la misión que se les planteara”, comenta Barrios Rodríguez.

 Díaz-Canel manipulando un equipo de comunicaciones en el Instituto Técnico Militar. 
 

Pero Díaz-Canel, como joven al fin, también tuvo que lidiar con los prejuicios por su moda un tanto irreverente. “En su época de estudiante no se permitían en los predios universitarios los cortes de pelo largo en los varones y a Migue le gustaba presumir de su melenita. A mí me tocó presionarlo para que se pelara, y luego de varias controversias llegamos a un pacto de caballeros: él se recortó un poquito el cabello y yo me hice un tanto de la vista gorda”, recuerda Emilio González, quien fuera su profesor guía.

“Para fortuna lo tuvimos también en nuestro claustro, y aunque se perdió un gran investigador en el campo de la ingeniería electrónica, se ganó un dirigente para este país”, asegura Lorenzo Ginori.

Despuntar de un líder

Sus contemporáneos en la época universitaria lo recuerdan como un joven lleno de matices, un líder humilde y atento a las dificultades de sus allegados, a pesar de las nuevas responsabilidades en la vida política del país.

“Desde muy joven le brotaba ese carisma que solo tienen los líderes, la gente lo seguía sin siquiera tener algún cargo, arrastraba a las masas, las convencía con el ejemplo y una oratoria amena”, cuenta Moreno Campdesuñer.

Añade además: “Creció en la vida política, pero mantiene la afabilidad y la gentileza que nos propició siempre. Ha sido nuestro gran amigo en el plano profesional y también en el personal; a pesar de sus múltiples responsabilidades, se mantiene atento y nos ayuda con extrema voluntad con todo lo que está a su alcance, es una persona extremadamente humana y sensible”.

A su vez, el profesor Lorenzo Ginori lo define como “un enemigo acérrimo de la mediocridad y siempre estimula a quienes lo rodean a alcanzar los mejores resultados”.

Y es que Díaz-Canel apostó siempre por la superación profesional como impulsora de cambios y de realización personal. Siendo secretario del Partido en la provincia, pese a las múltiples responsabilidades que esto implicaba, realizó una Maestría en Dirección en la UCLV.

“Desde joven fue una persona exigente, pero con métodos muy políticos. Daba tareas, pero explicaba el porqué de la labor que encomendaba y su importancia. No imponía, sino que convencía con un discurso sencillo lleno de principios éticos”, expone José Rafael Abreu García, profesor de la FIE.

Por estas y otras virtudes, la Asamblea Nacional ha elegido a Díaz-Canel como continuador insigne del proceso revolucionario de un pueblo que lo considera amigo y, ahora, presidente.

“Hablamos de Díaz-Canel sin elogios, ni rimbombancia ni adulaciones porque él siempre ha mantenido con nosotros una relación muy franca, muy sincera y amigable. Tanto cuando fue secretario del Partido en la provincia, ministro de Educación Superior o como vicepresidente primero, se bajaba del estrado a saludar a los profesores de Eléctrica, a conversar con sus antiguos compañeros. Siempre ha sentido un profundo sentido de pertenencia hacia Villa Clara y su universidad”, comenta Barrios Rodríguez.

Mientras que el profesor José Domínguez Hernández, quien fuera decano durante la época de Díaz-Canel como estudiante, expone con firmeza: “Confiamos en su modestia y sencillez, en su vínculo con las masas, en su capacidad intelectual y de dirección para conducir este país”.
 

Tomado de: Vanguardia
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