¿Diálogo o algarabía?
9/5/2018
Entrevista exclusiva a Bárbara Betancourt Martínez, Directora de Programas Culturales del Ministerio de Cultura, acerca de “Palabras del Cardumen. Declaración de Jóvenes Cineastas Cubanos”, texto que apareció en las revista OnCuba, el pasado 7 de mayo.
https://oncubamagazine.com/noticia/cineastas-jovenes-dan-conocer-declaracion/
¿Ha leído usted la reciente Declaración de los jóvenes cineastas cubanos?
La leí. Supe que está circulando en facebook. Me llamó la atención que sus gestores son anónimos. También veo que dicen hablar por todos los cineastas jóvenes y por todo “el gremio”·. La Asociación Hermanos Saíz, que tiene entre sus miembros a realizadores audiovisuales, apoyó la declaración que se realizara por el ICAIC durante la reciente polémica que se menciona como introducción a esta declaración y ni siquiera está citada en el texto. También la UNEAC se pronunció y su declaración es ignorada.
Los jóvenes cineastas reivindican el legado del ICAIC, se dicen “continuadores de un cine inconforme y revelador, ese que el ICAIC acogió y defendió, de amplia tradición dentro del Nuevo Cine Latinoamericano”
También se oponen a un “cine complaciente, que no busca generar diálogos productivos con el espectador y pretende adormecerlo”. Habría que preguntarse de qué cine se trata. Si se refieren a la más reciente producción cubana, no creo que sea complaciente en absoluto. No lo son las películas de Fernando Pérez, Ernesto Daranas, Gerardo Chijona, Alejandro Gil y Lester Hamlet, entre otras, que se han hecho con apoyo del ICAIC y del Ministerio de Cultura. No es complaciente en lo más mínimo la obra de la Televisión Serrana. Quizás el cine complaciente al que aluden, sea el de Hollywood, pero no se aclara.
Cartel de El techo, película de Patricia Ramos. Fotos: Internet
La Declaración propone una especie de canon del cine que realizan los jóvenes. ¿Qué comentario le merece ese pasaje?
Es necesario, como dicen los promotores de la Declaración, ser “parte de esta sociedad y (estar) comprometidos con ella de forma creativa y crítica”. Pero es difícil aceptar la generalización respecto a que predominan la apatía, el individualismo y el automatismo. Parece desmesurado identificar cualquier crítica a una película con limitar la participación y el aporte a la sociedad. Todavía es más exagerado, e incluso absurdo, suponer que antes de analizar una película hay que “atender los problemas de esa realidad que les sirve de referente”. Se trata, a mi juicio, de una simplificación. La relación entre arte y realidad es mucho más compleja.
En el texto aparece una descripción bastante amplia de las fuentes de financiamiento de las películas de los jóvenes. Usted mencionó hace un rato que el MINCULT y el ICAIC han hecho importantes aportes a varios filmes. Quisiera conocer su criterio sobre este tema, que es vital para poder producir cine.
Es cierto que la gran cantidad de profesionales del arte que la Revolución ha formado desborda la capacidad institucional de apoyo a la producción y a la promoción. Sin embargo, la Declaración ignora por completo no solo el aporte que te mencionaba antes, sino el sostenimiento de las escuelas, incluyendo los trabajos de los estudiantes, que se reivindican, con justicia, como obras de arte. Para la Escuela Internacional de Cine y TV y la FAMCA, el Estado destina millones de pesos en moneda total.
Al mismo tiempo, el texto no distingue cualitativamente entre las fuentes de financiamiento, solo se detiene en sus formas. Está ausente del análisis, no sólo el riesgo de la actividad enemiga contra Cuba, que durante la polémica reciente sobre un filme que aludía irrespetuosamente a José Martí, fue desconocido por algunos de los contendientes; sino también el peligro de obtener recursos que procedan de actividades ilegales.
En este manifiesto todo aparece descontextualizado, abstracto. No hay bloqueo, no hay imperialismo, no hay Revolución.¿Serán estos tópicos los correspondientes a “idearios desgastados, desconectados del complejo contexto en que nos ha tocado vivir?”
La Declaración… vuelve al tema de las “demandas del gremio que son impostergables”. Es un tema que usted conoce y sería bueno ilustrar a los lectores sobre el asunto.
Entre los años 2008 y 2013, aproximadamente, participé en el trabajo de la Comisión de Economía de la Cultura de la UNEAC que presidió Magda González Grau. Estuve en los inicios de las propuestas relacionadas con el reconocimiento del creador audiovisual independiente; las nuevas formas de producción; el reconocimiento de las productoras independientes, entre otros temas. Fue rico el intercambio con los cineastas más reconocidos de nuestro país, y la institución se nutrió de ese diálogo y promovió las propuestas que, de conjunto, se habían trabajado. Sin embargo, no fueron acompañadas de un rediseño del ICAIC como institución rectora de la aplicación de la política cinematográfica, ni de su relación con este nuevo creador y las nuevas productoras independientes, lo que incidió de forma negativa en la concepción integral que debe tener el tratamiento al desarrollo y a la promoción del cine y el audiovisual cubanos en la actualidad.
Esto ha requerido de un intenso trabajo de la institución en el diagnóstico, la revisión de funciones, la elaboración de propuestas de estructuras y formas de organización de la producción, entre otras. Ya todo está listo. Pienso que dentro de poco tendremos algunas de estas normas ya aprobadas. También en la Declaración se refieren a la promulgación de la Ley de Cine ante la obsolescencia de la Ley 169 que funda el ICAIC. En este sentido, es importante aclarar que la Ley 169, de marzo de 1959, recién triunfada la Revolución, tiene conceptos y principios que guardan plena vigencia y otros aspectos que deben ser actualizados, pero esto no tiene nada que ver con las demandas planteadas, y que la institución las ha hecho suyas como propuestas.
¿Usted cree que existe un “tenso ecosistema nacional en que se desarrolla actualmente la creación, y de manera particular el audiovisual”?
Francamente, no. Los creadores realizan sus obras en la más completa libertad. Abundan los abordajes críticos y comprometidos en todas las manifestaciones del arte. La creación y la promoción se distinguen por dar la mayor presencia a obras de calidad. Ello no significa que estén desterrados los “productos con claras intenciones alienantes”, como los llama la Declaración sin identificar su procedencia, en el audiovisual y en otras áreas. Las instituciones trabajan —y lo refieren de manera explícita—, todos los días contra esas influencias, procedentes en su mayoría de la industria hegemónica del entretenimiento.
Una clara evidencia de este esfuerzo son los eventos culturales que el país organiza, liderados por los más destacados artistas y las instituciones culturales. Solo por citar algunos ejemplos, en el cine, así surgió la propia Muestra de jóvenes realizadores, el Festival de Cine en Gibara, fundado por Humberto Solás y actualmente presidido por Jorge Perugorría, el Festival de documentales Santiago Álvarez; así como la Bienal de La Habana, en las artes plásticas. En el ámbito de la música se dan eventos tan diversos como el Jazz Plaza, el Pepe Sánchez, dedicado a la trova; el Havana World Music, el Jojazz, Voces Populares, Cubadisco, y en las Artes Escénicas y la cultura popular tienen su espacio los festivales de Teatro, el de Ballet y otros eventos de la Danza a nivel mundial; el Festival del Humor Aquelarre, Circuba; el Festival del Caribe, y la Jornada Cucalambeana, entre muchos otros.
Esa afirmación que usted acaba de comentar se apoya en referencias al ICAIC, el ICRT y la FAMCA y, sobre todo, a los argumentos de los funcionarios que han explicado las decisiones adoptadas.
En realidad, se habla de “censura” cuando se sabe perfectamente (y ha sido ampliamente informado), que la decisión del ICAIC fue la de no exhibir una película en una sala del principal circuito de exhibición. Y se tomó la decisión por razones de principios. Evidentemente, los redactores anónimos de la Declaración no pueden entender que una injuria, por ejemplo, contra José Martí, sea para los cubanos dignos una cuestión de principios. Por eso afirman: “Creemos que no hay cautelas ni principios éticos” que justifiquen la “censura”. En la visión de estos redactores todo vale, todo tiene que ser exhibido en los cines y en la televisión, cualquier regulación es incompatible con el concepto falso y demagógico de “libertad de creación” que dicen defender.
Hoy, incluso, se sabe que el desarrollo de las nuevas tecnologías ha hecho inútil cualquier intento de “engavetar” una película para evitar su circulación. Conozco dos casos en que el ICAIC ha decidido no exhibir una película, y lo ha hecho por razones de principios, para no legitimar la agresión a símbolos muy entrañables de nuestro pueblo en los circuitos institucionales. Pero lo ha hecho con la certeza de que esas películas van a circular, como efectivamente ha sucedido.
Es muy rara esta “censura” que no priva al realizador de ningún derecho, que reconoce la obra como patrimonio de aquel y que la promueve en circuitos internacionales. En el caso específico del director de Quiero hacer una película, pudo concursar en el mismo evento donde lo “censuraron”, financiado por el ICAIC, y obtener el premio principal, con la promoción que ello trae aparejada.
Tampoco percibo que se haya difamado a algún crítico, a no ser que el vínculo de Deán Luis Reyes con Tania Bruguera, verificado con todas las evidencias, sea considerado como tal. No me explico cómo las denuncias con pruebas puedan afectar el debate de ideas. Esta última aseveración parece tan desmesurada como la pretensión de hablar en nombre de todos los jóvenes realizadores y de todo “el gremio”.
La Declaración hace propuestas sobre las políticas de programación y la enseñanza
Las películas de la muestra en su gran mayoría han sido exhibidas más de una vez. El llamado que hace el texto se dirige nuevamente a desconocer las políticas institucionales, que es el fondo de la cuestión.
Ni el público ni la crítica han validado la exagerada proposición de exhibir estas películas en los principales circuitos y en la televisión. Habría que ver cómo reaccionaría nuestro pueblo (el pueblo real de este país real, no los imaginados por los redactores de la Declaración), si viera por televisión una ofensa a José Martí. Este tipo de provocaciones no tienen espacio en nuestra política cultural, amplia e inclusiva. Basta con observar las reacciones en las redes y los innumerables mensajes, cartas y llamadas telefónicas que se han recibido en las instituciones.
Sé además que los compañeros que se ocupan de la enseñanza artística están en la mejor disposición de analizar cualquier propuesta útil para el perfeccionamiento de los planes y del proceso educativo en la Universidad de las Artes.
La política cultural no es ningún sobreentendido y, como ya se ha explicado por otros compañeros, está bajo permanente análisis y debate en las organizaciones de creadores y el sindicato de la cultura. Se discute con los creadores permanentemente, en pie de igualdad. La crítica a la institución abunda, y bienvenida sea.
Otra vez, en el final del texto, aparece la desmesura y también, lamentablemente, una autosuficiencia que llega a ser ridícula. Los redactores del manifiesto se autoproclaman refundadores de la utopía (utopía a secas, ¿se refieren al socialismo?), en un texto que resulta reiteradamente un ataque a las instituciones y un llamado a la anarquía. Dudo que la verdadera vanguardia de nuestros creadores, jóvenes y menos jóvenes, haga suyo este manifiesto.
Parece extraño que quieran dialogar con representantes del máximo nivel del MINCULT y de la UNEAC y, para plantear sus criterios, acudan a la plataforma de Facebook, desde el anonimato. ¿Se trata de diálogo o de formar algarabía? Es difícil en esas condiciones ganarse la confianza que exigen. Las redes sociales se caracterizan por su promiscuidad y, hoy mismo, es fácil detectar adhesiones de personas muy disímiles, algunas muy conocidas ya como asalariadas del Imperio, otras que no parecen tener ningún conocimiento de los antecedentes e incluso algunas que, por sus perfiles, no pueden compartir la demagogia anárquica del manifiesto. El colmo es que, para pedir adhesiones, digan que el dato de la profesión es opcional. Por supuesto, van a acumular muchos nombres, que es, sin duda, el propósito de esta maniobra.
Leí la Declaración en fb el lunes, promiscua al fin, alguien a compartió. No entendí un montón de cosas como por ejemplo, por qué en fb?, por qué a nombre de los cineastas jóvenes? por qué el ataque desmedido a la institución?, confieso que algunas películas cubanas de los nuevos tiempos me molestan un poco, reiteran lo malo y lo feo, la homofobia, los que se van del país etc.; pero las acepto porque en sentido general tienen buena factura y reflejan, también, una parte importante de la realidad, pero lo que si me parece tremendamente desleal, es que algunos inconformes, presumiblemente pagados, hablen sin fundamento, sin conocer los códigos estéticos del séptimo arte, que hablen de los fundadores como comparándose, en fin que hablen en nombre de todos los jóvenes del gremio y nada más y nada menos que en fb. No hay buena voluntad en esto, ni deseos de diálogo. Todo esto me huele a manipulación e irrespeto a la inteligencia de los demás.
Absurda, propagandística, desacertada, manipulada, utilizando la más promiscua de las redes, ¿quién se lo puede creer? ¿que así piensan los jóvenes cineastas? es sólo un intento más de provocación de un grupúsculo que quiere darse a conocer, anonimamente ¿? a través de las redes.
Lenguaje correcto, derechos todos, y dónde están los deberes??? no se, esto me parece más de lo mismo, los infelices creadores que los censuran o no los dejan realizar sus “grandes, gloriosas y valientes obras”, a mi me huele esta declaración a manipulación, pueden haber en ella algunos reclamos legítimos, pero a mi, por lo menos, no me engañan, he visto tantas basuras de algunos en el paquete que sinceramente yo si les censuraría pero por groseros e irrespetuosos, hablo de los pocos que hicieron esta declaración y que la pusieron en las redes para armar el “show” de los pobres jóvenes tan talentosos y condenados jaja,
Empiezo por decir que no frecuento mucho los teatros, para ser sincero, casi nunca, mi esposa se ha empeñado pero solo fui a una función de ballet, me gusto pero no tanto para volver, pero el cine ese si es mi fuerte, soy de los que cojo vacaciones para el festival y del paquete cojo las peliculas, el resto de las cosas no. Me parece que estos jovenes no son tantos como quieren hacer ver, y si los derechos de que hablan es hablar mal de todo lo nuestro e inclusive hasta de José Martí, eso para los cubanos de cualquier lugar no se perdona, me parece que quieren hacerse victimas, y armar revuelos en el facebok sirviendo a otros que ni son cubanos de los buenos, digo lo que me enseñaron desde chiquito, ni mucho menos quieren cambiar para mejor. He visto algunas películas cubanas ultimamente que de verdad no las pondría al menos en los cines, ¿por qué en vez de perder el tiempo con declaraciones no se dedican a hacer buenas películas y dejan de hablar boberías y filmar escenas que me averguenza ver con mis hijos? algo anda mal con este grupito, a mi si no me pasan gato por liebre, esto es orquestado.
Es llamativo que esta declaración, aún cuando ya la han firmado algunos, haya aparecido sin nombre. Nadie da la cara responsablemente. Si de verdad los jóvenes cineas quieren diálogar, si de verdad necesitan que todas estas demandas que declaran sean tenidas en cuenta, por qué no hacerlo junto a la institución?, por qué escudarse tras una plataforma como un red social que todos sabemos permite compartir la información o etiquetar a quellos que ni siquiera van a leer el documento? Por qué no sentarse a conversar como corrsponde con argumentos en lugar de vociferar todo lo que les molesta? El respeto no se impone , se gana por merecimiento. De este modo nadie los va a respetar.
Me llama la atención que el texto dice: “jóvenes cineastas cubanos HACEN pública su declaración” y luego “No olvides compartir por cualquiera de las vías ni DEJARNOS tu nombre completo y tu profesión u oficio (opcional)”
Presumo, entendiendo un poco de gramática, que unos jóvenes cineastas (anónimos) HACEN la declaración y OTRAS PERSONAS, (también anónimos) piden las adhesiones….un poco raro….
¿Cómo se pude dialogar con personas anónimas que por demás, dicen representar a gente que no representan?
Me gusta, como ha hecho la entrevistada, que las instituciones cubanas se defiendan y rebatan las falsedades con elementos concretos y contundentes. El mundo de hoy, Facebook y las demás redes sociales están llenos de caos, de mentiras, de exageraciones, de acusaciones, de difamaciones y si no se responde todo queda en el aire y puede que alguien piense que el Estado cubano no hace nada por los jóvenes creadores o que está en una torre de marfil.
Leí la declaración y, falsedades aparte, me parece caótica y totalmente fuera de contexto (nacional e internacional). Cualquier país soñado, tiene que construirse en este mundo, en esta isla y con este pueblo. Con Trump y su agresividad, con todo el dinero puesto en manos de los enemigos para fastidiarnos, con nuestras necesidades económicas, con el bloqueo, con la agresividad y el oportunismo cínico de los medios internacionales, con la manipulación de las redes sociales. Ese es el mundo en que vivimos y no uno soñado. A veces las palabras pueden sonar bonito pero eso, nada más. Y los jóvenes, cualesquiera que sean, si tienen una voluntad realmente constructiva, deben aprender eso para lograr lo que quieren.
Soy médico intensivista, y amante del arte,mi profesión no me permite estar al día como quisiera en las diferentes manifestaciones del arte, asisto al teatro todas las veces que puedo, no tanto a las galerías, pero las películas, cortos, documentales, audiovisuales si me llegan por diferentes vías, entre ellas, mis hijos, sus parejas y amigos, por lo que le dedico gran parte de mi tiempo libre, incluso en mi hospital somos un grupo que podría llamar cinéfilos o simplemente amantes del cine que intercambiamos películas y opiniones sobre ellas sin distinción de origenes, de las películas cubanas que he visto en los últimos tiempo algunas me han resulta duras, hipercríticas, y no veo a que se refiere la Declaración, puede tener aspiraciones legítimas, pero sinceramente para mi ni son todos los jóvenes ni su sentido es la creación artística, es más de política contraria a nuestra sociedad que otra cosa, en fin una manipulación más.
Anonimato dicen? Me parece que está bastante claro quien apoya la declaración y en esas firmas están muchísimos de los que hacen productos fílmicos que después observan en los cines. Pero eso se obvia, hablan de un facebook promiscuo pero no hablan de la negativa de los medios oficiales a mostrar otra cara que no sea la del ICAIC y sus acompañantes. Deberían informarse un poco más para saber de lo que se habla y por qué. A ver si me publican esto. Ojalá.
Soy una jóven de estos tiempos, ya saben, pitusas, shores y tenis, pasé la secundaria y el Pre o Liceo en París, por trabajo de mis padres, hoy estoy en mi último año de la carrera en la Colina, era este mi sueño siempre, la honrosa escalinata, no tanto la Sorbona, con muchos muchachos “creyentes”, me encanta el arte sobre todo la música, dicen que canto bien, mis géneros, el pop y la trova, vamos en grupo de la Universidad para el Pabellón, cuando podemos a Fábrica del Arte, nos encanta; aunque consumimos muy poco o nada, mejos así no engordamos, tengo muchos amigos de la AHS, creadores, alegres que nos orientan que se puede ver bueno, acabamos de ver unas cuantas películas en el Festival de Cine Frances, las disfrutamos, algunas muy buenas, otras no tanto, nos aburren últimamente algunas películas cubanas, son como monotemáticas, debe ser una moda. No entiendo la Declaración, en primer lugar si se quiere decir algo serio y responsable no se utiliza el facebook, eso hasta mi primo de 12 años lo sabe, pero si se quiere hacr ruido, mucho ruido entonces si. Esto de la tal Declaración no es serio ni son los jóvenes cineasta, al menos los que conozco de la Asociación no y si estoy segura que se trata de otra provocación política.
Los jóvenes dan la cara. La declaración está firmada, hasta el momento, por más de 250 realizadores y profesionales. No sé de dónde sacan que tiene que haber un autor, cuando se trata de un colectivo. De un movimiento. Por otra parte, el mayor reclamo acaso es que se acaben los controles, las prescripciones verticales que instituyen la verdad de lo que se puede hacer y decir, y de lo que no. Si queremos construir un mejor país, tenemos que participar todos, equivocarnos todos y no estar estableciendo recetas, ni controles.
De los artículos que se han relacionado en diferentes medios y fuentes sobre el tema, éste, a mi juicio, ha sido de los mejores. En esta sociedad todos jugamos un papel, y el de la institución; cuestionable o no; es el de velar por la promoción de los mejores y más valederos valores culturales, desprovistos en el audiovisual en cuestión. Si exigen libertad por qué no quieren escuchar las opiniones contrarias a las que desean promover ese tipo de producto, que no se trata de que sea cuestionador, sino irrespetuoso, carente de ética y de sentido común y no merece respaldarse o tomarse como arte. Como indiscutiblemente todo se ha desarrollado en dos bandos, como regla general para demandar en el teatro y en la dramaturgia escénica un conflicto, diría yo que aquellos que defienden este audiovisual y la posibilidad que otros con esa línea temática sean generados y aplaudidos, deben entonces entender y respetar que los que nos oponemos y desestimamos el mismo producto , también seamos dignos de ser escuchados y expresar nuestra opinión.
si alguien está haciendo un show son los censores que toman los escenarios disponibles para exponer sus verdades
Se usa Facebook, porque no hay otros medios. Y porque Facebook se parece mucho más a nuestro tiempo, se parece más a los jóvenes…. a todos los jóvenes que han firmado esa declaración COLECTIVA, que no es anónima porque ha sido suscrita por ya más de 250 personas.
No se pueden quejar los del cardumen: ya tienen a rosa maría payá, yoani sánchez, eliécer ávila, sirocuartel y otros por el estilo.
Y cómo sabemos si no lo escribió La Paya, o Siro Cuartel? Ese manifiesto sin firma, es sospechosos. Poco creíble.
Lo retuitean Rosa María Paya y Orlando Luis Pardo Lazo y dos o tres más.
en facebook. Dice@rosamariapaya; “Los invito a apoyar la demanda de este grupo de valientes cineastas cubanos y de cubanos libres que levantan su voz contra la censura en el cine en la Isla #CubaDecide por nuestro derecho a cambiar el sistema. #FirmoSoyCardumen Aquí”
O se trata simplemente de peces que nadan demasiado a contracorriente como para ser incluidos en la lista. La lista publicada apenas rebasa los 150, pero varios foristas suman la no despreciable cifra de 100 personas más. Sin embargo estas otras 100 no aparecen en la lista declarada. ¿Estaremos en presencia de un acto de censura? ¿O la inclusividad acrítica que se exige a la institución no se cumple en el Cardumen? ¿O será que no saben qué hacer con ciertas firmas incómodas que ya hemos visto pescando en este río revuelto pero que otorgarían publicidad negativa si se incluyesen en la lista. Muchachos, tenemos un problema, diría Dimitri.
Salvo muy honrosas excepciones, que se cuentan con los dedos de una mano y todo el mundo sabe cuáles son, esto no pasa de ser una perreta estudiantil a la que se suman sin recato los mismos que la han estimulado. A mí no me joden, queeee va.
Lo primero que demuestra la retrahila de desconocidos que pueblan mayoritariamente la lista, es que no se habla en nombre de varias generaciones de cineastas. Con perdón de los reconocidos, claro está, que son los menos
Los que acusan a la institución de usar su artillería pesada para defender las ideas en las que creen, olvidan o desconocen a propósito que la Muestra también detenta no pocos recursos estatales para orquestar sus campañas. Cinco de sus seis directivos, por ejemplo, cobran salarios como empleados del ICAIC durante todo el año, solo para organizar la Muestra, la cual funciona completamente con recursos del ICAIC, ya que tienen allí varios locales a su disposición, con conexiones a Internet, desde donde juegan a la anarquía en Facebook. La sala Tomas Piard, por ejemplo, la misma que se les ofreció como alternativa para la proyección de QHUP y ellos rechazaron, es uno de sus locales de trabajo en el ICAIC. Si bien no fue tipificado por el Che (suerte que se limita a los dóciles), estos chamacones podrían denominarse asalariados cínicos del pensamiento oficial. Pero bueno, si la institución lo permite, uno que hace?
La funcionaria habla que desde el 2008, participó en un debate de la comisión de economía de la cultura, en la Uneac, de ahí creo recordar partió todo este movimiento de reclamo de una ley de cine y demás. Por favor, observen las fechas… 10 años de la vida, que no se recuperan, propuestas que en el Ministerio de cultura, la Asamblea nacional o donde sea, se quedan engavetadas por siglos. Dejen ya la dicotomía obligada de diálogo o algarabía, somos seres pensantes y formados en las escuelas que hizo la Revolución, gritamos por pasión, puede ser, pero nuestros argumentos son sólidos y no pueden ser barridos tan fácilmente. Si, queremos dialogar, siempre, pero los espacios de análisis, diálogo, en este país, no los formamos nosotros, todo debe ser con el debido permiso. O acaso no recuerdan que la legalización de las Productoras independientes, también esta detenida (ohh, ¿será coincidencia?) por el Estado y también guardadas estas propuestas (¿será en la misma gaveta donde se perdió la ley de Cine y tantas otras demandas?)
Le dan paso a la contrarrevolución, porque la Revolución ha parado de revolucionar las cosas… ABRAN LOS OJOS!!!!! y DÉJENSE DE DOGMATISMOS!!!! Estos jóvenes no están en contra del “proceso”, se llaman herederos de la generación del 60 del ICAIC. Y lo que proponen es volver a los orígenes para cargarnos con esa fuerza. Eso lo hizo la Revolución, fue atrás para encontrar valores donde los hubiera y hacer de eso su fuerza impulsora. Espero q en unos años tengan la capacidad de ver que sus mentes son dogmáticas y envejecidas, que no le dan el paso a los jóvenes porque le tienen miedo a una Revolución que se desarrolla, que crece, que cambia, que se revoluciona. Tengan sentido del momento histórico, y acepten que todo lo que debe ser cambiado es algo que debemos definir TODOS los cubanos.
Curioso cómo se condena el anonimato aquí, donde tanta gente comenta bajo anónimo o con nicks falsos. Deben faltar argumentos, supongo. Como le faltan a la entrevistada. Como han hecho antes, se cuelgan de tecnicismos y del descrédito a los que escriben, pues, es todo verdad. Lo curioso es que les moleste ese anonimato a ella, y a la Jiribilla no le preocupe el anonimato ya denunciado de su columnista Cristian Alejandro. Mejor leer esto: https://oncubamagazine.com/cultura/la-naturaleza-del-cardumen/
LLama la atención que se denuncie el anonimato de una declaración cuando muchos de los que comentan aquí firman con nicks falsos o anónimos. Y cuando La Jiribilla acepta el anonimato de su articulista Cristian Alejandro, ya denunciado. Nuevamente usan tecnicismos para desautorizar a los que se pronuncian, en vez de mirar que lo que dicen ES TODO VERDAD. Mejor lean:
https://oncubamagazine.com/cultura/la-naturaleza-del-cardumen/
¿Por qué se centran en dar una respuesta “contundente y que calle al grupito” y no en pretender un diálogo? Comulgo plenamente con la declaración del cardumen. Ellos defienden las ideas y los reciben con balas. Las batallas se ganan con deas no con balas. Hace falta rebeldía para triunfar.
…..que cansada estoy de esta gente… ahora vienen con el cuento del diálogo, el respeto,hablan de tener más participación… en fin un montón de palabras escritas con el solo propósito de desacreditar las instituciones y organizaciones de la cultura en el país. Yo como Baby a quién felicito por su respuesta me pregunto si es Facebook una plataforma que propicie las demandas de estos “supuestos” defensores, o solo se trata de una artimaña más.
Este país tiene como una de sus conquistas principales el diálogo que francamente han establecido sus principales creadores con el estado y el gobierno desde las plataformas que brindan organizaciones como la UNEAC y la AHS. Basta de generar tanta polémica por gusto.. .o es que acaso les conviene????? Me pregunto además una lista??? que filtros utiliza??? son perfiles reales?? una persona puede inscribir a miles????… que va a otro con ese cuento…
Los promotores de la Declaración aspiran a un diálogo que excluya la Política Cultural de la Revolución. Para mí son una extensión de la contrarevolución para socavar los valores de la patria y las conquistas obtenidas por la Institución Cubana con la Revolución.
El actuar de los “jóvenes cineastas”, que demuestran no estar comprometidos con el buen arte y la cultura nacional, lejos de hacerlos líderes de causas perdidas son tristes replicadores y asalariados del imperio.
El diálogo que quieren los Jóvenes Cineastas es uno que excluya la Política Cultural de la Revolución, que borre los aportes de la Institución Cubana a favor del arte y la cultura. Para mi son una extensión de la contrarevolución.
Muy lejos de hacerse líderes, de causas pérdidas, son voceros del imperio que esconden tras su show mediático, la mediocridad y falta de compromiso con el el buen arte y la cultura de valores de la patria.
El documento que se presentó al Congreso de la UNEAC en abril del 2008 “Para una renovación del cine cubano”, en momento alguno aludió a una Ley de Cine, idea que surgió unos cinco años después (2013). El documento, que también compartieron el ICAIC y el Ministerio de Cultura, se planteaba “servir de información para iniciar una discusión y análisis que favorezcan el desarrollo del Cine y el Audiovisual cubanos, en las actuales condiciones del país”. Se priorizó, por parte de cineastas e instituciones, el trabajo de discusión y elaboración de propuestas de normas jurídicas referidas a la base legal del Creador Cinematográfico y Audiovisual Autónomo y lo que, en un principio, se definió como los “Colectivos de Creación y Producción”, a los que mucho tiempo después se les incorporó en las propuestas de normas, como “productoras independientes”. Sin embargo, en el trabajo en otros temas definidos en el propio documento discutido en el Congreso de la UNEAC, imprescindible para lograr una concepción integral de la renovación y el perfeccionamiento del cine cubano, no se avanzó de igual forma.
Quienes han trabajado en formulación de normas jurídicas, conocen que es un ejercicio intenso, participativo y muy técnico; como también es intenso y participativo el análisis de funciones, de estructuras organizativas, de propuestas de principios y regulaciones para las nuevas relaciones de la institución con creadores independientes, y de otros aspectos que el propio documento reclamaba.
Sobre la Ley de Cine, repito, no hubo planteamiento alguno, por tanto se debe reducir el tiempo de los 10 años del comentario a los cinco en que se ha trabajado intensamente, aunque, ciertamente, con demora, y que reitero, lo que dije en la entrevista: Ya todo está listo. Pienso que dentro de poco tendremos algunas de estas normas ya aprobadas.
La producción cubana actual, hija pródiga de la supuesta tradición histórica de la que nos habla Wikipedia, padece de una preocupante monotonía. Incluso muchos de los autores “independientes” heredan, por carambola, el sino de lo que ha devenido nuestra industria: un escenario plagado de conceptos viciados, dominado por coordenadas políticas y por una reductora inmediatez referencial. El cine cubano, a excepción de las acciones aisladas de algunos realizadores independientes, continúa en crisis.
Un tal “Siro Cuartel”, del cual supe su nombre verdadero y algunos detalles en noviembre del 2016 por el Blog La Pupila Insomne de Iroel Sánchez, escribió un texto en mi facebook, dándome tratamiento de “señora y funcionaria”. Arremete contra mí, en tanto representante de la institución y, por supuesto, contra la institución. Me califica entre los funcionarios que entorpecen el diálogo porque veo “a esos muchachitos como unos simples rebeldes malcriados cuya perreta se les pasará en algún momento”. No me conoce “Siro Cuartel” (Roberto Ariel Lamelo, es su verdadero nombre); muchos son los jóvenes, profesionales del arte y la cultura con quienes diariamente me vinculo, dialogo, razono, trabajo en proyectos y compartimos criterios o disentimos con respeto y también con desenfado . Sí, sé el valor de las Redes para la comunicación y el debate; sin embargo, sería de mi parte ingenuo y superficial, legitimar esta vía para establecer el diálogo de las instituciones culturales con el movimiento intelectual y artístico de este país. Claro, sé que hay quienes, como el propio “Siro Cuartel”, no pueden hacerlo personalmente por varias razones que pudiera explicar, pero alargaría este comentario. No vale la pena que pierda mi tiempo respondiendo a semejante “personajillo”, pero creí oportuno hacer este comentario para que quienes con principios y criterios propios, han participado en el debate propiciado por esta entrevista, en la Jiribilla y también en CubaDebate, que la replicó, conozcan reacciones que tratan de desacreditar mis respuestas a la entrevista de la Jiribilla, mi condición como funcionaria del Estado y a la institucionalidad.
Llama la atención que posterior a esta entrevista publicada en la mañana del 9 de mayo, y cuando ya desde el día anterior circulaba por las redes la declaración de marras, la hayan enviado con una lista de firmantes a la Presidencia del ICAIC, nada menos que por la vía del correo electrónico. ¿Se puede considerar responsable esta forma de relacionarse y dialogar con la institución? Es imposible establecer un diálogo legítimo creadores – institución mediante el correo electrónico y las redes sociales. Reitero mi planteamiento en la entrevista: “Parece extraño que quieran dialogar con representantes del máximo nivel del MINCULT y de la UNEAC y, para plantear sus criterios, acudan a la plataforma de Facebook… Es difícil en esas condiciones ganarse la confianza que exigen.”
Independientemnte del metodo, de las formas que parecen indirectas, lo que dicen los del cardumen tiene cierto sentido. En vez de desacreditar todos sus argumentos como manipulaciones, deberian analizar que se puede sacar de positivo, que hace falta para sacar al cine cubano de la crisis en que esta, que ha pasado con la ley del cine?. Si es posible establecer un dialogo legitimo, ya sea por correo, por redes, o en directo, lo que hace falta es voluntad de ambas partes y respeto a la opinion opuesta. Eso todavia por lo que se ve al leer los comentarios no existe de ambas partes, e invito a la Directora de Programas Culturales del Ministerio de Cultura a dar el primer paso, a invitar a esos cineastas no conformes con el actuar de las instituciones a un encuentro donde se lleguen a acuerdos concretos para cambiar todo lo que deba ser cambiado, pero cambiado de ambas partes…
Lo que sucede es que tampoco el grupo coordinador de la Muestra ha mostrado verdadero interés en dialogar y sí en espectacularizar el conflicto a través de redes públicas en las que se injuria a la institución y sus representantes sin el menor recato. Tanto es así que la propia declaración que hoy se discute se dio a conocer en facebook y solo después fue presentada a los que deberían ser sus interlocutores naturales. Aquí lo que se está es está jugando a interactuar con la institución, y tomando ese supuesto deseo de dialogar y solucionar los problemas como un simple pretexto para llamar la atención sobre si mismos y posar de víctimas en las redes sociales. Se está jugando además a involucrar a grandes figuras del cine en una declaración suscrita por mercenarios probados y confesos y aun así se pretende hacernos creer en una supuesta voluntad de diálogo. Así tampoco se sostiene una conversación, francamente.
Después de mucho rato de circular en Facebook una declaración firmada por la contrarrevolución, nos enteramos de que hubo una asamblea hace un mes, de la que nadie sabe nada. No me creo ese cuento. Que publiquen las fotos de la reunión.
Obstacúlos para el diálogo, dificultad para dar “el primer paso”, según creo:
-Promoción del texto en la más promiscua de las palataformas.
-Firmas de la contrarrevolución.
-Ausencia de la Revolución en el texto.
¿Pueden los del cardumen resolver esto?
Si de favorecer el diálogo se trata- vía principal para la solución de los más complejos problemas, incluido el cine cubano, era imprescindible que los “inquietos jóvenes reencarnantes” del grupo de cineastas e inteletuales de los 60, con o sin asamblea precedente, con las concretas inquietudes, lo primero hubiese sido: acercarse a la institución, pues cohabitan en el espacio del ICAIC, para francamente y de modo convincente sin obviar obsolescencia de algunos conceptos, la falta de reflexión crítica e involucrando en su construcción a todos los que con una postura ética y constructiva, estuviesen en capacidad de hacerlo. Incluso a los más avezados artistas y funcionarios que con “ojo de águila” pudieran esclarecer, argumentar, hacer comprender hasta el convencimiento de ambas partes, para la respuesta adecuada. ¿ Por qué pretender obsecadamente que un tema tan serio e importante para la cultura cubana, de la que forma parte el mejor cine de este país, después del triunfo de la Revolución, tenga que ser ventilado en tono desafiante, acusador, desacreditador, y esgrimiendo falsamente que no se acepta el diálogo, en las redes sociales?. ¿ quién beneficia esa postura?. ¿ Por qué involucrar en ello opositores, reitero de la Revolución, de la cultura cubana, interesados en desprestigiar mediáticamente a Cuba?. Así no puede haber entendimiento, mucho menos pretender respuesta institucional, cuando se ha obviado su existencia legal y se pretende agredir a la cultura y a Cuba, no hay controversia, sino contradicción irreconciliable en esos términos.
¿ A quiénes pretenden confundir con el disfraz de revolucionarios, de salvadores del cine cubano, cuando el Llamamiento fue reafirmado por personas empeñadas en crear una atmósfera nacional e interncional contra la Cuba revolucionaria, solidaria, capaz, de principios puestos a prueba todos los días, sin ceder un ápice, en las redes?. La institucionalidad cubana, no es perfecta, incluido el ICAIC, pero posee y pone a disposición de todos múltiples vías de diálogo, consulta, eventos científicos, estructuras de Dirección, entre otras en las que con carácter colegiado podemos dirimir posiciones y encontrar respuestas a las controversias en una atmósfera constructiva. Vale también para ello la vigencia de Palabras a los intelectuales. Claro que el Cardumen no puede resolverlo. La plataforma está creada, sí existe en la institución la posibilidad real de discutir con argumentos, de dialogar con respeto, desde las posiciones de defensa de la cultura cubana y del lado de la Revolución. Los artistas e intelectuales cubanos han dado muestras incontables de su defensa como elementos inseparables de nuestra existencia como país, y eso no puede ser negociado. No se trata en esta algarabia de mera calidad y diversidad temática del cine cubano, se ha pretendido en esa mezcolanza a la que sirve de parapeto el diálogo con la institución, a contraponer la existencia de ésta y los creadores, privilegiando el rol del gremio en tanto no se reconoce la capacidad institucional para atender y resolver con la participación de todos dichos conflictos, desde posiciones revolucionarias. De esta manera no nos entenderemos… Se impone la racionalidad por parte de todos.
Extraño que ningun comentario aqui es a favor de la declaracion. Que raro…que todos los comentaristas piensen igual y en contra de las ideas de los jovenes… ufff algo esta podrido en Dinamarca
Leí por lo menos cinco a favor de la declaración, alguno de ellos incluso repetido. Por cierto, hay cosas ya ventiladas que se repiten, es como si haya quienes están entrando ahora en la polémica. Esos son los desafíos de esta forma de comunicación, es difícil retener toda la información.
He dejado pasar unos días antes de volver a emitir mis opiniones, leí muchas y profundicé en algunos aspectos que plantea la declaración, por ejemplo en las leyes de cine de algunos países latinoamericanos, España y Francia, ha sido bueno para mi, tengo ideas mas claras y ahora creo que sí sería bueno contar con una para Cuba, nuestra propia ley para el cine, que protege lo que se haga aquí y que también proteja a los creadores y al público y que da derecho a exhibir lo mejor de lo que se realiza y exhibe para el gran público. También creo que el proceso de trasnformación a que hace referencia la entrevistada ha sido muy lento. Sin embargo, sigo pensando que el cine que se realiza en los últimos tiempo se centra en los “grandes” problemas sociales, no recuerdo cuando disfruté de una buena película cubana que sin dejar de mostrar los problemas que tenemos también expresen las ventajas que difrutamos los cubanos, ni la sencilla entrega de tantos maestros, médicos, ingenieros, electricistas, científicos, investigadores, etc. etc. que tenemos, que brindan su ayuda en cualquier país, y bajo cualquier circunstancia aquí y allá. ¿SABEN LOS MUCHACHOS DE LA DECLARACIÓN QUE EN PUERTO RICO sólo se ha restablecido un 70% de la electricidad después, de los desastres de los huracanes de los que también tuvimos bastante, y que aún escasea el agua y los productos de primera necesidad? lo se porque tengo familia allá, la emigración hacia otros estados ha sido enorme. Ellos no piensan en el arte, no pueden hacerlo, solo tratan de sobrevivir hasta que las cosas mejoren por allá. Recordando a Martí, del sol no podemos solo ver sus manchas, que se dialogue y que se hagan buenas películas con temas variados y no casi monotemáticas como ocurre con demasiada frecuencia, los mismos temas una y otra vez, las mismas desgracias repetidas hasta el cansancio.
Las oportunidades de emitir criterios siempre serán válidas y necesarias para lograr objetivos reales de desarrollo en cualquier esfera de la vida. Nadie posee la verdad absoluta y, el Hombre dejó de ser mono por su capacidad de trasmitir sus experiencias y recibir los conocimientos de otros. Sin embargo, debemos tener presente algunas premisas a la hora de valorar y asumir criterios.
1- hoy cualquiera es periodista (sobre todo INDEPENDIENTE, especialista de cine en sus variados oficios, músico, cantante, compositor, etc.
2 – exigen medios y financiamiento para sus proyectos pero no aceptan el menor cuestionamiento a su “obra”.
3 – buscan protagonismo en redes sociales siendo, o aparentando ser represalias os por el gobierno, jugando al independentismo.
Los espacios, en la vida, hay que ganarlos con mucho sacrificio y sudor. Nadie llega al estrellato aupado. Reguetonero de mal gusto que son una afrenta a la mujer y a la moral, irrespetuoso a los próceres de la Patria, solo porque hay que darles libertad de expresión, etc. Las Instituciones estatales y demás actores responsables de la cultura y la educación deben promover espacios de debates, intercambios, etc. Pero no pueden ser ingenuos! Porque terminamos en la alcantarilla cultural de la mano de estos sesudo artistas de pacotilla! Y, aunque parezca redundante, no olvidemos que la guerra sucia es, sobre todo, cultural
Es innegable que si alguien en un manuscrito, comentario, telefilme, largometraje, dice algo que ensombrece la historia de un héroe de cualquier patria tendrá el repudio del pueblo. Leí la carta de los jóvenes, no se menciona en ningún momento ese largometraje al que dicen se refieren TODOS ELLOS cuando hablan de censura. Se expresa como si la totalidad de ellos solo defendiera este largometraje y no sus obras por separado, que dudo, cuenten la misma historia.
Pongamos que sean 150, que sean 100, que sean 50, o que sean diez los jóvenes que escribieron en los sitios sociales. Internet, sobre todo faceboock, NO TIENE ABSOLUTAMENTE NADA DE ANÓNIMO, es un libro de caras. Creo que más expuestos no pueden estar.
Usted dice en la entrevista: “Los redactores del manifiesto se autoproclaman refundadores de la utopía (utopía a secas, ¿se refieren al socialismo?)”
Off, ojo, peligro, me preocupa mucho, ciertamente, el matiz que toma su comentario. No estamos hablando de disidentes, no estamos hablando de contrarrevolucionarios, no estamos hablando de ninguna manifestación contraria a la patria. Sin embargo como está plasmada su interpretación, moviliza a los lectores en direcciones peligrosas donde corre el riesgo de ser injustos con los que escribieron el manifiesto, que en ningún momento dicen la palabra Socialismo.
Cuidado, no satanicemos a los jóvenes usando la ideología como arma de respuesta. Las diferencias se debaten, las contradicciones se enfrentan con respeto.
Estamos hablando de personas que tienen una inquietud y escriben una carta. Vale la pena sentarse con ellos y saber QUE QUIEREN. Si no supieron expresar todas sus peticiones con objetividad vamos a lograr que sean objetivos.
Es más que ofensivo, que de aquí salga un coro de me disculpan los que lo han hecho, maltratando a un grupo de estudiantes formados por nuestra patria, que tienen inconformidades, comparándoseles con disidentes Cubanos. Hay, que defender a los jóvenes, de la manera más inteligente, ESCUCHAR, y aprender de ellos también que aquí NADIE tiene la verdad absoluta.