Debate entre editores: un recuento

Octavio Fraga Guerra
17/2/2017

El encuentro de editores y traductores celebrado este jueves en la Sala Nicolás Guillén de La Cabaña, versó alrededor de temas como las bajas y las altas en la publicación de la historieta en Cuba y las dificultades en la producción del libro digital e, incluso, el impreso, en distintos territorios del país.

Sobre la historieta, un género que ha padecido con intensidad los efectos de las carencias materiales, Arturo Delgado Pruna, de Trinidad, hizo un recuento de los caminos recorridos por este arte en algunas provincias durante los últimos años, a la vez que citó cada uno de los proyectos hechos realidad, sus autores y patrocinadores, y los destinos de dichos empeños.

Entre los ejemplos loables, el ponente trinitario mencionó el de Sancti Spíritus y su propósito de crear una colección de clásicos de la historieta cubana. Comienza por Orestes Suárez, cuyo libro está a la venta en la Feria, dijo Delgado Pruna. “Esta publicación (ahora de manera íntegra) tuvo que esperar casi 25 años porque su aparición en la revista Pablo quedó truncada con la llegada del Periodo Especial”.

Libros gestionados, libros digitales: el futuro de las editoriales en Cuba, fue otra de las presentaciones en este encuentro de editores. La ponente, Marlene García Pérez, del municipio espirituano de Cabaiguán, explicó cómo en el presente hay que ir a la búsqueda de otros medios para la materialización de libros, entre ellas “las oportunidades que en este sentido ofrecen los proyectos de desarrollo local”.

Asimismo, García Pérez mostró un grupo de ejemplares no financiados por el Instituto del Libro y habló de una nueva alternativa a la que puede acudirse: “Instituciones o autores buscan amparo financiero y una editorial cubana aporta su sello para la publicación del texto”. Estos —añadió— pasan por el mismo proceso que los asegurados económicamente por el país.

La ponente puso el ejemplo de Cabaiguán, “que es un municipio un poco sui géneris porque hemos logrado una gran proeza: en 90 años de fundado hay más de 600 títulos publicados en distintos lugares del mundo, además de los salidos del taller Rubén Martínez Villena, que en enero cumplió 50 años con más de 300 libros materializados.

En cuanto a los textos digitales, García Pérez dijo que en las provincias es preciso preparar a profesionales para la realización de estos, sin subestimar otra realidad: “luego los autores no pueden verlos on-line debido a los problemas con el acceso a internet”.

Por otra parte, Mónica Orges Robaina, jefa de redacción de la Editorial Gente Nueva, presentó el Proyecto Abdala, de historietas digitales, con el que se pretende conferir a este género un sentido literario en cuanto a su forma de hacer y a sus fuentes.